La Guerra Civil Española supuso un punto de inflexión en la poesía de esa época, ya que afectó enormemente a las letras y la cultura del país, generando una cantidad desbordante de creaciones literarias, en su mayoría poesías.
A la mayoría de los poetas que vivieron en sus carnes esta Guerra se los conoció como la Generación del 36. Todos sufrieron grandes penas y tormentos durante aquella época en la que España estuvo dividida entre vencidos y vencedores, y en la cual reinaba la censura y la miseria. Por ello, sus poesías se caracterizan por la tristeza, la pena, la guerra, la muerte, el desconsuelo.
Muchos de los poetas e intelectuales de entonces tuvieron que exiliarse para continuar su obra en otro país, y los menos afortunados se vieron obligados a acudir al frente como soldados para apoyar al bando republicano. Es el caso, por ejemplo, de Miguel Hernández , quien luchó en el frente con el ejército republicano sin dejar nunca su obra, escribiendo versos como éste: Mujer, mujer te quiero cercado por las balas / ansiado por el plomo, en el que vemos claramente la influencia que la Guerra está teniendo en él. Miguel Hernández alcanzó durante la Guerra su mayor madurez literaria.
Otros poetas, eran demasiado mayores o estaban enfermos para combatir y tuvieron que ser evacuados. Hablamos por ejemplo de Antonio Machado, que escribió en noviembre de 1936:
Soy viejo y enfermo: viejo, porque paso de los sesenta, que son muchos años para un español, enfermo, porque las vísceras más importantes de mi organismo se han puesto de acuerdo para no cumplir exactamente sus funciones [...] De todos modos, aquí me tiene usted al lado de la España joven y sana, de todo corazón al lado del pueblo, de todo corazón también en frente de esas fuerzas negras-¡y tan negras! [...] En España, lo mejor es el pueblo. Por eso la abnegada defensa en Madrid, que ha asombrado al mundo, a mí me conmueve, pero no me sorprende. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva.
Además, la Guerra Civil nos dejó innumerables víctimas, entre las que desgraciadamente también hubo varios grandes poetas. La más llorada de esas muertes desde que se produjo, muy seguramente, fue la de Federico García Lorca , fusilado a los 38 años sin fundamento alguno, y maldito aun después de su muerte, pues se prohibió hablar sobre él si no era para difamarlo o incluso poseer alguno de sus libros.
Sin duda, una época para recordar, tanto histórica como literariamente.