Una vez libres, volvieron a verse años después. Uno de ellos preguntó al otro:
- ¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?
- No, gracias a Dios ya lo olvidé todo – contestó- ¿Y tú?
- Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas – respondió el otro.
Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo:
- Lo siento por ti, todavía te tienen preso.
Fotografía Flickr “prisión”: Paula