No vamos a relatar todo lo que está pendiente, aunque sólo fuera todo aquello que figura en los tratados internacionales que ha signado el estado español y que no cumple. Lo que más nos duele sigue siendo la pobreza, porque el derecho a una vida digna es de lo más elemental y parece evidente que rescatando bancos a 22.000 millones el chute y poniendo trabas a las iniciativas para compensar la pobreza energética no se ayuda mucho.
Ya sabemos que todo eso es política y que los políticos parecen estar en el némesis de su prestigio; los que ocupan el poder, más aún. Pero como tambien entendemos que, por ahora, el sistema que tenemos para elegirlos no admite mejoras, por lo menos repasemos nuestras conciencias antes de otorgarles nuestro voto. Y decimos nuestras conciencias porque si miramos las suyas o, para el caso, sus programas electorales, se nos pasaran las ganas de votarles.
X. Allué (Editor)