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El própolis o propóleo ha sido utilizado desde la antigüedad con diversas finalidades, relacionadas con sus propiedades como anti-infeccioso y estimulante de las defensas del organismo.
El própolis es elaborado por las abejas a partir de partículas resinosas de diferentes vegetales, dando lugar a una resina cérea, de composición compleja y consistencia viscosa. Es utilizado en la construcción, reparación y protección de la colmena frente a infecciones, y aplicado al organismo humano ha demostrado tener propiedades como estimulante de las defensas, antibacteriano, antiviral, antiinflamatorio, cicatrizante y analgésico suave.
El própolis es una sustancia de gran complejidad en cuanto a su composición. Está formado por más de 180 compuestos, entre los que destacan resinas, ceras, flavonoides, ácidos fenólicos, aceites volátiles y sales minerales.
La actividad antibacteriana del própolis se debe principalmente a la presencia de los activos galangina, pinocembrina y compuestos fenólicos (pinobanksina, acetato de 3-O-pinobanksina, bencil-p-cumarato, ésteres del ácido cafeico y ácidos ferúlico y cafeico). Los extractos estandarizados pueden garantizar el contenido en estas sustancias en las cantidades adecuadas para que ejerzan sus efectos beneficiosos en el organismo.
Propiedades del Própolis
· Estimulante del Sistema Inmune
El efecto inmunoestimulante del própolis está demostrado y se conoce su mecanismo. Tarda algunos días en producirse, por lo que se ha de tener previsión y empezar a tomarlo antes de que se produzca la exposición a situaciones que pueden comprometer nuestra salud.
· Antimicrobiano
El própolis ha demostrado ser activo frente a una gran variedad de microorganismos. Tiene efecto antibacteriano de amplio espectro, incluso frente algunas bacterias resistentes a los antibióticos, sin afectar mucho a la flora intestinal en las dosis habitualmente utilizadas. También protege frente a varios tipos de hongos, incluida la Candida albicans y frente a virus, con un potente efecto frente a distintos tipos de gripe y de herpes.
· Antioxidante
Es un buen antioxidante liposoluble y es muy rico en flavonoides, que potencian la actividad de la vitamina C.
· Anticancerígeno
El própolis tiene capacidad antitóxica, neutralizando ciertas sustancias que favorecen la aparición de células cancerígenas. Sus efectos antioxidantes y estimulantes del sistema inmune también colaboran a la protección frente al cáncer y algunos própolis favorecen la muerte de células cancerosas, reducen las probabilidades de mutación celular y reducen el crecimiento de los tumores.
· Antiinflamatorio y Analgésico
Algunos de los componentes del própolis intervienen de forma directa en la regulación de la inflamación, y además sus propiedades antioxidantes favorecen la reducción de los procesos inflamatorios.
Al reducir las inflamaciones también, de manera indirecta, alivia el dolor, y además tiene efecto anestésico si se aplica por vía tópica.
El própolis se ha utilizado tradicionalmente para la curación de las heridas y el tratamiento de las infecciones de boca y garganta, así como de la caries. Es eficaz para tratar las lesiones de la córnea y reducir irritaciones oculares, como anestésico local en forma de extracto alcohólico (muy adecuado en dolores de garganta o de dientes), para tratar los procesos inflamatorios agudos y crónicos de las vías respiratorias altas. En cosmética se utiliza principalmente como desodorante y en casos de acné y de quemaduras. No es aconsejable en casos de asma bronquial alérgica ya que puede empeorar los síntomas.
El própolis, a pesar de su origen natural, comparte algunas características con los antibióticos sintéticos, y al igual que pasa con estos últimos, no es recomendable abusar de su uso ni abandonar el tratamiento hasta la completa curación, ya que puede dar lugar a que aparezcan cepas bacterianas resistentes.