La RANM clausuró su curso académico con la intervención de la investigadora María Blasco

Por Fat

La Real Academia Nacional de Medicina (RANM) ha clausurado su curso académico con una conferencia de la investigadora María Blasco, directora del Programa de Oncología Molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Titulada "Telomerasa y telómeros como dianas terapéuticas de cáncer y envejecimiento", la investigadora explicó los trabajos que está desarrollando su equipo en este ámbito que están dirigidos a analizar las diferencias entre las células sanas y las cancerosas. "La principal diferencia entre ambas", afirmó la experta, "es que las tumorales tienen la clave de la inmortalidad celular. Cuando un organismo va envejeciendo se van acortando los telómeros que son los que protegen a los cromosomas y salvaguardan a las células del desgaste que va sufriendo. En más del 95% de los tumores se reactiva el proceso de la telomerasa, por lo que estas células son capaces de crecer indefinidamente".
La telomerasa es una proteína encargada de alargar los telómeros de los cromosomas en cada división celular que está implicada en situaciones tan importantes como el envejecimiento y el cáncer. En definitiva, se encarga de mantener la juventud de todas nuestras células, tanto las sanas como las tumorales. Sin embargo, en las células tumorales esta proteína se ha visto que aumenta significativamente. En este contexto, las investigaciones están dirigidas a reducir estos niveles para evitar la aparición de cáncer, a la vez que se buscan alternativas para aumentarlos en caso de envejecimiento prematuro.
Por su parte, el presidente de la RANM, el profesor Manuel Díaz-Rubio, encargado de clausurar el curso, felicitó a la investigadora por su magnífica conferencia, "que está llena de preguntas y respuestas a un problema apasionante como son las dianas terapéuticas de cáncer y envejecimiento, dos problemas de gran actualidad. Resulta curiosa y significativa la frase de María Blasco -sin telomerasa no hay vida-, aunque yo añadiría, -si bien en ocasiones nos quita la vida antes de lo esperado. Es evidente que en este campo queda aún mucho trabajo por hacer. No podemos olvidar que el cáncer es vida, una vida que no deseamos, de la misma forma que no deseamos el envejecimiento. El mérito de esta joven científica es sin duda la apertura de una nueva línea de investigación, de la que pueden salir importantes cambios tanto conceptuales como terapéuticos". Asimismo, el profesor Díaz-Rubio añadió que este 2010 ha sido un periodo de apertura de la Academia a la sociedad, que se ha visto reflejado con la puesta en marcha de la Fundación de la RANM y la realización de múltiples actos y tareas. "No cabe la menor duda de que esta Institución ha cumplido con creces la labor que se propuso a principios de este año que termina".
-Telómeros y envejecimiento
La relación entre telómeros y envejecimiento se conoce desde el año 1990, gracias a los trabajos de Carol Greider y Calvin Harley, que descubrieron que cuanto más largos son los telómeros más pueden dividirse las células y, por tanto, el organismo se mantiene joven durante más tiempo. En esta relación la telomerasa juega un papel clave, ya que es la encargada de alargar los telómeros. Aunque ya se había demostrado que una sola célula puede llegar a ser inmortal simplemente aumentando sus niveles de telomerasa, nunca se había logrado aumentar la esperanza de vida de un organismo completo. "Nuestras investigaciones se han dirigido por tanto", explicó María Blasco, "a modificar genéticamente a los ratones, por un lado aumentando los niveles de telomerasa para que no envejeciesen e incrementando al mismo tiempo la presencia de varios genes supresores tumorales para protegerles frente al cáncer. La telomerasa per se no es mala, pero las células tumorales también la necesitan, por lo que incrementar sus niveles equivale a aumentar el riesgo de desarrollar un tumor".
Para llevar a cabo esta investigación utilizaron un modelo de ratón también creado en el CNIO por el equipo de Manuel Serrano y que es "inmune" al cáncer gracias a sus modificaciones genéticas. "En definitiva, lo que hacemos es alterar artificialmente la cantidad de telomerasa que hay en los telómeros y así podemos ver qué consecuencias tiene esa alteración en los procesos cancerígenos y en el envejecimiento. Esto es una prueba de que es posible aumentar la longevidad de un organismo mediante estos elementos. No sólo logramos aumentar la vida de los animales un 40%, sino que se hizo en buenas condiciones; mejor estado neuromuscular a edades avanzadas, mayor tolerancia a la glucosa, tejidos más sanos, etc".
-Aplicaciones en el cáncer
Hoy en día ya existen compuestos oncológicos que funcionan aumentando el nivel de los supresores tumorales y también hay moléculas diseñadas para aumentar la telomerasa, que se están utilizando para el abordaje de enfermedades relacionadas con el envejecimiento precoz y el acortamiento de los telómeros, como son por ejemplo algunas anemias aplásicas, la fibrosis pulmonar idiopática e incluso el sida, ya que los pacientes con VIH tienen los telómeros más cortos a causa del estado de su sistema inmune. "El envejecimiento y el cáncer deben ir de la mano si se quiere manipular la longevidad. No tiene sentido poder vivir más si se desarrolla un tumor y, viceversa, estar protegidos del cáncer si envejecemos muy pronto. Se trata por tanto de averiguar las causas moleculares del envejecimiento en su conjunto y para ello hay que evaluar por qué las células se degeneran", concluyó la doctora Blasco.
*María Blasco nació en Alicante en 1965. En 1993 obtuvo el doctorado en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid, bajo la dirección de Margarita Salas. Posteriormente estuvo en el Cold Spring Harbor Laboratory de Nueva York donde inició su investigación sobre los telómeros y la telomerasa y dirigió el equipo de investigación que identificó los componentes del RNA de la telomerasa, lo que le permitió crear un modelo animal de gran utilidad para entender el papel de la telomesasa en el desarrollo del cáncer y el envejecimiento humano. Desde el 2001 trabaja en el CNIO. Ha publicado más de 65 artículos en numerosas revistas científicas.