A los que nos gusta enredar en la cocina nos da un poco igual que esta sea propia o ajena. Supongo que todos preferimos la propia, por aquello de que en ella tenemos todas nuestras cosas y organizadas a nuestro modo, pero algunos de nosotros envidiamos, al menos yo, cocinar o mejor tener una de esas cocinas enormes que salen en los programas de televisión, repletas de armarios, de utensilios y electrodomésticos súper modernos, con todo lo que necesitas para elaborar todo lo que se te ocurra porque sale de la nada como por arte de magia, con unas encimeras lo suficientemente grandes como para subirse y dar una clase de baile y además con una isla en medio... Cocinas paradisíacas !! Vamos, lo que yo no tengo, ni he tenido, ni creo que tenga nunca.
Si algún día me tocase la lotería, he pensado alguna vez, tendría una cocina como la de un palacio. Eso suponiendo que supiese (que hasta ahora no lo he sabido) como eran o son las cocinas de los palacios, ya que no son lugares que frecuento habitualmente, pero adivino que estas son bastante grandes. La cocina del Palacio Real de Madrid, la Real Cocina, que acabo de conocer, es efectivamente grande, enorme como es de imaginar, y también a mi entender muy bonita. Es una cocina histórica, el ejemplo de cocina histórica mejor conservado hasta nuestros días de todas las cocinas de los grandes palacios reales de las capitales europeas, con unos 800 metros cuadrados de exposición, es decir lo que ocupan las estancias que podemos recorrer sin contar los que ocupan algunas dependencias que no se visitan como despensas, lavaderos, retretes, almacenes, armarios, vestíbulos.... que entre todos suman unos 2000.
Suponer que en un gran palacio real no van a existir problemas de espacio es una ideal equivocada y resulta que he leído que cuando se le encargó al arquitecto Giambattista Sacchetti la continuación del grandioso proyecto de construir el nuevo palacio real sobre el solar del antiguo Alcázar de Madrid destruido por un incendio en la Nochebuena de 1734, proyecto encomendado en un principio a su maestro Filippo Juvara fallecido en 1736, este tuvo dificultades para el emplazamiento de la cocina regia pues tenía que albergar en el primer y segundo sótanos no solo los oficios de "casa y boca" sino también las Secretarías del Despacho, por lo que la escasez de espacio le obliga a dar prioridad a las oficinas disponiéndolas en el primero y emplazando las cocinas al segundo sótano, pero dada la poca luz y ventilación, y teniendo en cuenta la opinión de los jefes de los oficios, se vio forzado a disponerlas en la misma planta donde están actualmente.
La disposición actual de la Real Cocina en la parte oriental del Palacio Real se debe finalmente, después de los cambios que hizo Carlos III sobre el proyecto inicial, a las mejoras realizadas en 1861 durante el reinado de Isabel II cuando se instalaron según fueron concebidas originalmente por Sacchetti en 1748 y se acometieron en 1861 algunas obras ya que se habían quedado algo anticuadas en cuanto a hornos, fogones, calderas, estufas etc... poniéndolas al día según la influencia y gusto parisino. Posteriormente con los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII sufrió otras renovaciones y mejoras hasta 1930, año en el que se proyectaron otras obras que ya no llegaron a realizarse.
Las cocinas del Palacio Real de Madrid se puede visitar desde octubre de 2017 ya que han sido restauradas por Patrimonio Nacional con diversas actuaciones durante dos años (rehabilitación de los espacios, restauración de gran parte del material expuesto, iluminación museística...) para convertirlas en exposición permanente. La visita no es guiada sino solo acompañada, aun así alguna cosa interesante siempre te cuentan, aparte de lo que informa el folleto y los paneles informativos, y se puede realizar de manera independiente de la visita del Palacio. Se puede comprar la entrada online o presencialmente si vas pronto, por 5 euros.
El recorrido de la visita a la cocina real, que dura unos 30 minutos aproximadamente, comienza en el Patio Central del palacio desde donde se accede a través de la escalera del Príncipe a la Galería del Ramillete o de persianas, de ahí se pasa a la portería de la cocina y desde esta a las dependencias más importantes donde veremos todos los utensilios y equipamiento de la cocina: la Cocina del Ramillete o de la Repostería, el Taller de Repostería, la Antecocina, Despensa o Sala de preparación, la Cocina grande o Sala de fogones y por último al Cuartón o Cava y Botillería.
Al final de la visita, en la tienda de recuerdos del palacio, compré el libro "La Real Cocina. Las cocinas del Palacio Real de Madrid. 1760-1931" escrito por José Luis Sancho, investigador de Patrimonio Nacional y editado con motivo de esta restauración. El libro describe perfectamente la interesante historia y el uso de esta cocina, que sufrió desde el principio cambios de emplazamiento, reformas y renovaciones. Merece la pena su lectura, lo poquito que he escrito aquí no son ni dos líneas de todo lo que en él se cuenta. Tiene además unas fotos preciosas, mejores que las mías, aunque yo también me he esforzado por sacarlas sin visitantes. No eramos muchos, unas veinte personas. Actualmente y desde el cese de la residencia regia en 1931 no se usa esta cocina. La última vez creo recordar que dijo el personal acompañante que fue en la que por el momento es la última boda real, la del actual rey Felipe VI, para emplatar ya que para cocinar cuando hay eventos que lo requieran se usan otras cocinas industriales que hay en otra planta del palacio.
REAL COCINA DEL PALACIO REAL DE MADRID
Dirección: Plaza de Oriente. MadridHorarios:De octubre a marzo: todos los días de 10:15 - 17:00 h.De abril a septiembre: todos los días de 10:15 - 19:00 h.
Días de cierre en 2019:1 y 6 de enero, 1 de mayo, 12 de octubre y 25 de diciembre: cerrado en jornada completa24 y 31 de diciembre: cerrado a partir de las 15:00
Además de los cierres ya previstos, puede haber cierres adicionales motivados también por la celebración de actos oficiales que puede consultar en la lista de cierres por actos oficiales (www.patrimonionacional.es)
Acceso visitantes: puerta de la explanada de la Almudena, esquina Calle Bailén.
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