Cuando ocurre un caso de graves daños por medicamentos las autoridades sanitarias y políticas suelen salir en defensa del fármaco (obviando que así perjudican a las personas, a quienes se deben). El último ejemplo lo hemos visto en semanas pasadas en Colombia. Varios centenares de niñas sufren daños presuntamente por la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) y su Gobierno indica que la vacuna “es segura” y está avalada por instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero, ¿coincide lo que dice la OMS sobre esta vacuna con lo que expresan los gobiernos?
La vacuna contra el Virus del Papiloma Humano es segura y quiero hacer énfasis en esto, así lo ha afirmado reiteradamente la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y las sociedades científicas tanto de Colombia como internacionales”, aseguró el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, días atrás durante los sucesos del Carmen de Bolívar.
Se pretendía dar un halo de efectividad y seguridad a una vacuna cuyos fabricantes no pueden presumir de ello. Han sido demasiadas sospechas de reacciones adversas muy seguidas y producidas en varias localidades de Colombia, no sólo en una y a las familias de las chicas no les convence la respuesta de su Gobierno. Pero ¿qué hay de cierto en que la OMS avale la vacuna, a lo que se ha aferrado el ejecutivo colombiano?
WHO’s recommendation to include routine HPV vaccination in national immunisation programmes is based on weak evidence namely surrogate outcome measures, which are very likely to regress spontaneously. Data on long-term efficacy are lacking”.
Es decir, la recomendación de la OMS de incluir la vacunación rutinaria contra el VPH en los programas nacionales de vacunación se basa en una evidencia débil y no existen datos sobre la eficacia a largo plazo.
Lo que han hecho los autores del trabajo es una revisión crítica de los estudios clínicos en los que se basó la OMS para recomendar en 2009 la vacunación contra el papiloma humano. Merece la pena que lo leáis (el Gobierno de Colombia también para salir cuanto antes de su error). Ya veis que hay pocas pruebas de la eficacia de la vacuna y que los ensayos que se hicieron dejan mucho que desear.
Así que la OMS avala la vacuna sí pero con las pruebas científicas que tiene NO debería hacerlo.
No es la primera vez que se hace un trabajo de este tipo y se llega a similares conclusiones. Los médicos españoles Enrique Gavilán y Javier Padilla publicaron hace más de un año uno en la revista Actualización en Medicina de Familia titulado Las medias verdades ocultas de la vacuna del papiloma. También de obligada lectura.
Todo esto demuestra que lisa y llanamente nos encontramos ante una vacuna “experimental”, está probándose en la población para ver qué pasa… y mientras se hace caja, claro.