La reflexión de un lector del blog sobre la Semana Santa de Sevilla

Por Jackdaniels

"Muy bien pero, siempre hay un pero, ¿Asumen los que gozan de su Hermandad en las calles de la ciudad el mensaje del Nazareno? ¿O se ha convertido en un modo más de tradición cultural como pueden ser los castellets catalanes? Quizás venga bien alguna vez recordar que ese Jesús que soporta el gentío en las avenidas de la mariana Sevilla fue carpintero e hijo de carpintero. No vino al mundo siendo político, ni militar, ni abogado, ni quiso ser juez de nadie, ni tan siquiera quería ser un jerarca más de la religión judía; sólo un simple carpintero, un trabajador de la madera que era capaz de convocar a miles de hombres y mujeres para decirles aquello tan revolucionario de amaos los unos a los otros, en una época en que las legiones romanas se paseaban victoriosas por el mundo conocido.
No sé cuantas de las miles de personas que con traje y corbata pululan durante esta semana por mi ciudad llegaran a absorber el mensaje del Nazareno, pero con que sólo sea una me conformaría y esperaría a que en el transcurso de los 364 días que quedan para que vuelva a ver a su hermandad en la calle su ejemplo tuviera continuidad en otros.
Sí, tu barrio está lleno de personas que desean ver a su Hermandad, pero el barroco intenta trasmitir lo más fielmente posible la dureza del sufrimiento de un ser humano que, siendo carpintero, cambió el mundo.
Por eso, el mensaje de Cristo era tan claro que hubo que crear toda una organización como la iglesia para destruirlo."

Éste es el texto de un comentario dejado por un lector anónimo de este blog en la entrada "La Sed en su barrio". Lo traigo aquí porque me parece que plantea una reflexión seria y crítica desde el respeto no ya a la Semana Santa en sí, sino al simbolismo de lo que representa y su reflejo en la sociedad actual.

Me ha gustado por su coherencia y por la lógica incuestionable de su planteamiento, muy de actualidad estos días que los pasos de las procesiones inundan las calles de Sevilla.