Sin embargo, hay diferentes estudios* que demuestran una asociación entre el consumo de alcohol y una mayor tendencia a padecer obesidad.
El principal problema del alcohol y de sus efectos en la ganancia de peso es que muchas personas no son conscientes de las calorías contenidas en las bebidas alcohólicas.
Además, el consumo de alcohol puede conducir a un aumento en la ingesta de alimentos con lo que no sólo aporta calorías de más sino que hace que comamos más.
El alcohol y el consumo de energía
..
El alcohol es responsable de casi el 10% del consumo de calorías entre los adultos.
Una encuesta** encontró que muchas personas desconocen la cantidad de calorías que están consumiendo en forma de bebidas alcohólicas, y a menudo no suelen incluirlos en el “recuento de calorías diarias consumidas”.
Los efectos del alcohol en el peso corporal son aún más pronunciados en personas que ya padecen sobrepeso/obesidad.
Un estudio concluyó que quienes normalmente tomaban un promedio de 4-5 bebidas al día son más propensos a reportar un mayor apetito en comparación con aquellos que consumían 2-3 bebidas.
Además el alcohol no sólo hace que comamos más sino también peor, eligiendo alimentos poco saludables.
De este modo, el consumo de alcohol se asocia, en ocasiones, con una serie de comportamientos adversos para un peso saludable como son una la mala alimentación, un control de peso poco saludable, una mayor insatisfacción corporal y una tendencia a una vida sendentaria que son a su vez causantes de más sobrepeso.
Por otro lado no se trata sólo del alcohol sino de su forma de consumo.
Según otro estudio las probabilidades de sobrepeso y obesidad son significativamente mayores entre los bebedores compulsivos o aquellos que beben mayor cantidad de alcohol con menos frecuencia que entre los que consumen niveles moderados de alcohol de forma más frecuente.
También el tipo de bebida alcohólica influye en mayor o menor grado en el sobrepeso. De este modo, el consumo de cerveza se asocia- en el caso de los hombres- con un aumento de la circunferencia de la cintura, la popularmente conocida como “barriga cervecera” que es en muchos casos un síntoma de obesidad abdominal.
Todas estas informaciones ponen de relieve la compleja naturaleza de la asociación entre el alcohol y obesidad. Existe una asociación multifacética entre la obesidad y el consumo de alcohol, fuertemente influenciado por las características individuales, incluyendo el peso corporal, la dieta, genética factores, el género y los niveles de actividad física, así como la frecuencia, el patrón, la cantidad de consumo y tipos de bebidas que se consumen.
Además, hay que tener en cuenta el estilo de vida. Por ejemplo, el alcohol es a menudo un complemento a actividades sedentarias.
Es importante quedarse con estos tres mensajes con respecto a la relación entre consumo de alcohol y obesidad:
1).-El alcohol suma calorías a nuestra ingesta diaria2).-Los efectos del alcohol sobre el peso corporal son mayores en personas que ya padecen sobrepeso/obesidad3).-El consumo de alcohol favorece que comamos más.
En cualquier caso, los tratamientos médicos existentes hoy en día para combatir el sobrepeso y la obesidad permiten perder peso y a la vez, si existe un problema excesivo de consumo de alcohol, a ayudar en parte en la regulación de este consumo de forma indirecta dada la reducción de la capacidad de estómago que se produce con cualquiera de las técnicas (Método POSE, Balón Intragástrico, etc..) cuya finalidad es provocar una mayor sensación de saciedad para conseguir que el paciente ingiera menores cantidades de comida y bebida.
*Algunos de las informaciones que se dan en este artículo provienen del estudio Obesity and alcohol - National Obesity Observatory