Tanto Scott Washburn, el rescatista, como Anthony Ortolani, el hombre que dejó a Missy herida en la cima del Monte Bierstandt de Colorado, EEUU, son escaladores nacidos en Denver y se encontraban realizando su actividad en esa región.
Según el reporte que publica Dailymail, Ortolani asegura que no abandonó al can por una decisión desalmada, sino que lo hizo por fuerza mayor, ya que se trataba de elegir entre quedarse con Missy y perecer a su lado o salvar su propia vida, amenazada por una tormenta.
Pero Washburn insiste en que su actitud demuestra que no tiene la capacidad ni la compasión necesaria para cuidar de la ovejera, que pasó ocho días sin agua, sin comida y sin posibilidad de trasladarse por sus propios medios a causa de las heridas.
Junto a su esposa, Amanda, descubrieron a Missy el 11 de agosto. Estaba herida, cerca de un precipicio y sobre unas rocas, donde habían quedado rastros de la sangre que derramó al lastimarse.
Le dieron agua y comida, e intentaron curar sus heridas con su botiquín básico de primeros auxilios, pero las patas de la perra estaban demasiado dañadas para que pudiera caminar. Entonces postearon una foto de Missy herida en una red social de escaladores, 14ers.com, e inmediatamente se organizó una partida de rescate. Al mismo tiempo, todos criticaban a quien hubiera sido responsable de abandonar a su suerte al animal en medio de la montaña.
Ocho voluntarios subieron los 4.000 metros en una misión que les llevó nueve horas, llegando justo a tiempo para evitar que quedara sepultada bajo una feroz tormenta de nieve. La cargaron en una mochila especialmente preparada para transportarla al pie del monte.
Después de un examen veterinario, concluyeron que “milagrosamente” Missy no tenía más que heridas superficiales, dolorosos golpes y la debilidad originaba por su falta de alimentación, pero no fracturas ni daños en órganos internos.
“Su supervivencia y el deseo de vivir son increíbles, inmensurables”, dijo Washburn, que junto a su pareja publicaron fotos de la perra recuperada.
Pero fue entonces cuando reapareció Ortolani, contento por el rescate, reclamando la devolución de su perra y sin avergonzarse por no haberlo gestionado él mismo.
“No tengo palabras. Agradezco infinitamente mucho a quienes se involucraron en esto”, escribió en 14ers. Luego averiguó en qué veterinaria estaba recuperándose Missy para ir a buscarla y pagar los costos de su tratamiento.
Ante las críticas recibidas por el abandono, explicó que la perra estaba lastimada, no podía caminar y, a pesar de estar en la montaña con un amigo, no pudieron acarrear a la ovejera: “La subí a mis hombros, pero no pude mantenerla allí arriba”.
Después de un par de horas de intentarlo, decidieron dejarla en la montaña ante la perspectiva de una tormenta que se acercaba. “Llamé al 911 y a la oficina del comisario, pero me dijeron que era muy riesgoso para ellos enviar una patrulla de rescate por un perro”, escribió.
Ortolani jura que sufrió mucho y que buscó noticias sobre su perra en los días siguientes, pero que estaba convencido de que había muerto. Ahora quiere recuperarla, pero los Washburn no están de acuerdo.
“Mi esposa y yo también tuvimos que abandonarla. Cuando la encontramos, sabíamos que íbamos a ser incapaces de llevarla abajo y con enorme dolor en el corazón tuvimos que dejarla sobre la roca, sabiendo que podía morir. Pero lejos de abandonarla, volvimos por ella”, dijo Washburn para marcar la diferencia entre su gestión y la del dueño original.
La oficina del sheriff local está investigando el caso, pero no para determinar quién tiene derecho de reclamar la tenencia de Missy, sino para determinar si Ortolani es responsable de abandono y crueldad contra un animal.
http://america.infobae.com/notas/56443-Salvo-a-una-perra-a-4-mil-metros-y-se-la-quieren-sacarUn