Se utilizaba y sigue siendo utilizado para preparar incienso. Existen distintos colores dependiendo de la región de origen: el copál amarillo (o de oro) es más duro y más económico; el blanco es más caro y más lechoso; luego hay el copál negro y otras variedades con denominación geográfica especifica.
Durante el siglo XVIII se empezó a utilizar para fabricar barnices para muebles de madera y desde entonces se utilizó ampliamente. Normalmente se distingue del ámbar por el color más claro, más amarillo y la menor dureza. Es soluble en éter. En pintura se utiliza en una de las recetas para hacer encáustica, en alternativa a la resina dammar. De hecho da el nombre a la técnica misma, llamada encáustica copál. Se puede fabricar también un barniz copál, con el que se pueden hacer veladuras.
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