El Rostocker Weihnachtsmarkt es el más grande del norte de Alemania y se encuentra en el centro histórico de la ciudad (Neuer Markt y adyacentes). Montones de casetas de regalos y comida, atracciones como la famosa noria, villancicos y una ostentosa iluminación llenan las calles de esta oscura y triste ciudad en invierno para crear una estampa preciosa. Caminando entre sus casetas con el frío, la música y las luces te sientes como en una película de los domingos por las tardes de Antena 3 (me entendéis, ¿no?). Tiene lugar durante el adviento, y lo desmontan pocos días antes del 25 de diciembre. Yo lo visité todos los días que pude hasta que me marché (y creedme que me dio pena).
Quizás las fotos no sean las mejores de la historia porque es muy complicado captar tantas luces con el móvil y encima de noche, pero están hechas con todo el cariño del mundo. :) Además hay unas cuantas hechas de día para que lo podáis apreciar mejor.
Es muy típico (¡¡y necesario!!) beber una taza de Glühwein (vino caliente especiado) para poder entrar en calor cuando fuera hace -4 grados y la sensación térmica es de -10...¡me encantó la experiencia y probé de todos los sabores posibles!
Congelación en proceso...¡mi cara lo dice todo! Pero el crêpe de Nutella que no falte.
Aquí probando los Mutzen, que son unos dulces tradicionales con una masa similar a los churros y también fritos en aceite caliente, espolvoreados con azúcar glas como las ensaimadas (te pones perdida al comértelos), pero qué ricos...como veis todo bastante calórico para aguantar bien las bajas temperaturas. Aquí tengo una cara de sufrimiento como pocas porque, con guantes incluidos, se me estaban congelando las manos. Pero disfruté mucho. :)
Rostocker Mutzen
Visitar un Mercado de Navidad en Alemania, sea en Rostock o en cualquier otro sitio, es toda una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida en mi opinión. Si te gusta la Navidad como a mí, alucinarás con lo bonitos que son y con el ambiente que se respira. Y ahora sí, se acabó la serie de La rubia en Rostock. Se cierra un capítulo.