La semana de la felicidad

Por Palmichula @PALMICHULA
El lunes, colgué como cada semana, en la puerta de la cocina, "el planificador diario", donde escribo las tareas, citas y objetivos de los próximos 7 días... Y decidí, sin querer, queriendo, dejar en blanco todas las casillas... Lunes, martes, miércoles… Sin planes, sin obligaciones, sin tareas pendientes, sin ataduras...

Esta semana, dejamos descansar a dentistas, podólogos, acupuntores y demás especialistas... La colada, la plancha y la colocación de la ropa en los armarios quedan canceladas hasta nuevo aviso...Porque, y lo escribí con las LETRAS BIEN GRANDES, esta semana, es ¡LA SEMANA DE LA FELICIDAD!...

Dadas las circunstancias y teniendo en cuenta la grave amenaza que pende sobre nuestras cabezas, de que el miedo, la incertidumbre y la desesperanza pongan a prueba nuestras almas, la decisión se antoja imprescindible...

- Me parece muy bien, ¿Y se puede saber que vamos a hacer para que esta semana haga honor a su nombre y evitarnos las molestias del desánimo?... Me pregunta mi chico, poniendo cara de circunstancias...
- Pues... en estos momentos se me ocurren tantas cosas, que tengo que hacer una lista con las más prioritarias- respondo de inmediato - de momento, lo dicho, la agenda queda desierta hasta nuevo aviso...

Me da reparo reconocer, después de la que he montado, que no tengo en mente ningún acontecimiento que pueda ser calificado así de pronto, de fascinante, sobrecogedor, ilusionante, mágico... Así que, para ganar tiempo, escribo con exagerado esmero nuestros nombres uno al lado de otro, bien juntitos, y coloco alrededor todas las pegatinas con los motivos que me inspiran...
Descarto de inmediato las de despertadores, estetoscopios, jeringuillas, señales de advertencia y camisas con corbata... 
Y coloco junto a mi nombre una corona de princesa, un ramo de flores, unas gafas con forma de corazón, unos tacones rosas y una medalla de campeona...
Junto al nombre de mi marido, una estrella de mar, una luna, un balón de reglamento, unos altavoces, unas notas musicales y una medalla de campeón...
Reparo en que, así de pronto, me encuentro mucho mejor, sabiéndonos rodeados de todos esos símbolos cargados buenos augurios y batallas ganadas…

No me atrevo con las copas de champán brindando, me parece un abuso, sin nada concreto que celebrar (aún)... La maleta, podría crear falsas expectativas... Las pesas podrían interpretarse como una indirecta... La brújula podría hacernos perder el norte, definitivamente, la descarto, el rumbo es lo primero...

Hoy jueves, hago balance mental de "LA SEMANA DE LA FELICIDAD"...

Veamos... ¿qué hemos hecho esta semana que no hemos hecho las otras?
- Unmmmhhh???? Han caído aproximadamente el mismo número de besos, hemos dormido las mismas horas, hemos comida pizza hasta la extenuación, hemos visto CUATRO PELÍCULAS!!! con palomitas!!!, nos hemos reído bajito pensando en la posibilidad que nos ha llevado a declarar esta semana como LA SEMANA DE LA FELICIDAD ABSOLUTA...
Realmente, pienso que nuestra semana de la Felicidad está siendo un verdadero fiasco, o todo un triunfo, según se mire... El que indudablemente ha salido claramente ganando ha sido mi marido...
- ¿Por qué gritas?, si es la semana de la Felicidad... ¡TENDRA MORRO EL TIO!
Un fiasco, porque no puedo vanagloriarme de haberme tirado en paracaídas, de haber comido langosta, de haber pintado un cuadro, de haber aprendido a tocar el piano...
Un triunfo, porque he comprendido que no necesito muchas más cosas de las que hago cada día para sentirme afortunada y para obtener las fuerzas que me permitan dar la espalda fácilmente a los demonios que nos acechan... Ni siquiera me percaté en esas pegatinas que muestran monedas relucientes de un color amarillo intenso ¡Hasta para soñar soy pobre!

Nos hemos conformado con dar un respiro a los quehaceres diarios, mantener la rutina del acercamiento, utilizar la denominación como escusa para permitir pequeñas licencias… Celebrar el día de las cosquillas, de las cosas ñoñas, de las caricias, de los corazones, del sofá con manta, de las bromas, de los deseos y de la recompensas… para hacernos fuertes.


Y mientras, continúo con los festejos y celebraciones de los próximos días, no puedo evitar cruzar los dedos bajo la mesa... No paro de pensar, en el nombre, que le caerá a la próxima…
Ilustraciones: Peony Yip