Los que no trabajan en un hospital se sorprenden mucho cuando se enteran de que a algunos cirujanos les gusta escuchar música en los quirófanos mientras operan. No es ninguna tontería. A mí, personalmente, me anima mucho cuando, después de algunas horas de intervención, alguien enciende el CD y suena el suave ritmo de Aretha Franklin en "I say a little prayer".
Pero Aretha ya no cantará en mi quirófano nunca más. Si la SGAE ya ha atacado en guateques de bodas, en peluquerías de caballeros y en clases de aerobic de humildes gimnasios, los hospitales no tardaremos en caer.
Yo paso. Me he preparado un par de discos con música libre de canon para escuchar en los momentos tensos, para que la SGAE no pueda decirme nada.
Por supuesto, todo esto me parece ridículo. Sin embargo, creo que los primeros que tendrían que protestar en esto deberían ser los propios artistas a los que la SGAE representa porque, con tanto canon y tanta multa, al final no les va a escuchar ni su padre.
EXTRA: Tras la aprobación de la Ley de Economía Sostenible, apoyo públicamente el MANIFIESTO EN DEFENSA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES EN INTERNET.