Buenos días. Mi nombre es Pedro Rico. Soy psicólogo clínico y ejerzo mi profesión en Asturias.
Ayudo a personas que tienen problemas relacionados con la ansiedad, el estado de ánimo, conductas no deseables, trastornos de personalidad, adicciones, trastornos de la conducta alimentaria, las relaciones familiares y de pareja, etc.
También realizo evaluaciones e informes periciales sobre guarda y custodia de menores y sobre imputabilidad. Me gusta ayudar a las personas a fomentar su desarrollo personal y asesorar en diferentes campos.
Por encima de esto hoy he abierto los ojos en torno a las 6:40 de la mañana. He tenido calor. A pesar de no sentirme plenamente descansado me he levantado de la cama y me he calentado un café. Me he aseado y vestido. Me he despedido de mi novia que dormía plácidamente.
He caminado unos 15 minutos hasta la estación y me he subido a un autobús. Al llegar a mi destino he caminado hasta llegar al centro de salud donde trabajo. He visto a tres personas que presentaban problemas muy diferentes.
Durante largo rato se ha producido, y para ello es crucial no poner demasiado empeño, el maravilloso fenómeno de la atención plena a lo que estaba haciendo... El peso de un bolígrafo, una sensación facial, un leve sonido del exterior...Durante ese rato no he pensado que estaba pensando (la metareflexión, el gran éxito humano, es nuestra trampa también). No me he "visto" desde afuera. No he proyectado nada, ni he introyectado, no he viajado mentalmente hacia el pasado ni he anticipado el futuro.
Durante ese rato he conseguido sin quererlo (sin aferrarme demasiado a mis deseos de lograrlo) vivir plenamente las historias que me contaban, he tomado pequeñas decisiones rutinarias y otras imprevistas, me he movido de ciertos espacios a otros para llevar un documento o hablar con algún otro integrante de nuestro equipo de trabajo.
He estado más presente en lo que hacía, una premisa bastante adecuada si uno quiere hacer bien lo que hace. Más aún, mi cerebro, la inmensa complejidad de mi cerebro, está empezando a percibir que funciono de un modo diferente.
Me gusta pensar que estoy sentando las bases para una ligera desactivación de mis alarmas (sin sentido ya desde una perspectiva evolucionista) y que en definitiva estoy cuidando de mis procesos mentales.
Dicen que incluso segrego menos cortisol porque estoy algo menos estresado. Dicen que derivado de ello mi sistema inmune es algo más fuerte.