La sopa de ajo de tomate de mi madre

Por Carmina @Carminaenlacoci

Esta sopa de ajo de tomate es una de las que más hace mi madre, sobre todo en el mes de septiembre. Una vez me dijo mi sobrina que si la subía al blog tendría que pagarle derechos de autor, ya que no hay fin de verano que no la tomemos, acompañada por las uvas que tenemos en el parral.

Lo ideal es que sea con tomates de temporada, esos tomates dulces y jugosos de fin de verano, pero eso en invierno es imposible, así que busca los mejores tomates que haya en el mercado. Se nota en el resultado final.

A mi hija María le encanta, así que durante el invierno la suelo preparar a menudo, y cuando vuelve de la Universidad, en estas noches frías, lo agradece casi con emoción.

Es una sopa muy sencilla y barata, pero muy agradecida. Si no te gusta encontrarte los “pizcos” del ajo, como a mi hija, puedes triturarla, pero a mí me gusta más así.

A veces, mi madre le ponía un trozo de pimiento verde junto con el ajo, y lo apartaba antes de servir. Añade sabor pero sin quitar protagonismo al tomate.

Prueba a ponerle una pizca de comino. En casa la hemos probado y nos gusta mucho. Estoy segura de que cuando la pruebes, esta sopa de ajo de tomate la vas a adoptar como plato fijo en tus menús.

Cómo hacer una sopa de ajo de tomate, paso a paso:

Ingredientes (4 personas):

  • 2 ó 3 dientes de ajo, dependiendo del tamaño
  • 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • una rebanada de pan
  • dos tomates maduros
  • sal
  • 4 vasos de agua
  • una pizca de cominos (opcional)

Preparación:

Cortamos la rebanada de pan en trocitos para hacer los cuscurrones, y los freímos en el aceite de oliva virgen extra. Sacamos y reservamos. Majamos el ajo y lo freímos un poco en el aceite de los cuscurrones. Antes de que empiece a tomar color, añadimos el tomate rallado y lo dejamos que se haga poco a poco. Si nos gusta, podemos añadir una pizca de cominos o pimienta. Cuando esté frito, vertemos el agua y añadimos los cuscurrones de pan, y dejamos que se caliente, con cuidado de que no llegue a hervir, por eso de “ajo hervido, ajo perdido”. Servimos caliente, acompañado por uvas,  unas tiras de pepino o unos encurtidos.

Si te gustan las sopas sencillas, te aconsejo que pruebes la sopa de ajoblanco de mi madre, o su Ajo de habas, sencillas, baratas pero muy reconfortantes y ricas.

¡QUE APROVECHE!

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