- Se dirige a un público lector heterogéneo, al que considera como un receptor pasivo de mensajes.
- Es un fenómeno de puro mimetismo de obras del pasado, degradador, ausente de originalidad y capacidad creadora.
- No existen renovaciones estéticas ni de sensibilidad: se limita a homologar el gusto existente de modo conservador.
- Obedece a la ley de la comercialidad.
- Alienta una visión pasiva y acrítica del mundo.