La superabundancia de alimentos puede llevar a dietas perjudiciales para la salud

Por Fat

De todos es conocida la estrecha relación que hay entre el dinero y la felicidad, pero… ¿y la comida? ¿puede contribuir de alguna manera en nuestros estados de ánimo o no es más que una simple función biológica que nos permite sobrevivir? Consumir alimentos que nos gustan puede animarnos y hacernos sentir satisfechos y relajados. Asimismo, tomar nuestros platos favoritos, que no suelen ser los más recomendados, puede provocarnos sentimientos negativos de culpa y remordimiento. ¿Cómo podemos reducir los efectos negativos y aumentar el impacto positivo de la comida en nuestros estados de ánimo? ¿Cómo debe ser la relación entre la comida y el placer?
Con el objetivo de responder a estas y otras preguntas desde los puntos de vista científico y humanístico, la Fundación de Ciencias de la Salud, el Instituto Tomás Pascual y CIC bioGUNE organizan, por primera vez en el País Vasco, el ciclo "En tierra de nadie. Conversaciones sobre Ciencias y Letras", que lleva por título en esta ocasión "Por el placer de vivir: comer y felicidad". El acto tendrá lugar en el Centro Cívico La Bolsa Ibaiondo (Palacio John), de Bilbao, esta misma tarde, a las 19:30 horas, y estará presentado por el profesor Javier Puerto, director del ciclo y patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud, y moderado por el profesor José María Mato, director general de CIC bioGUNE y también patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud.
El profesor Puerto no cree que la alimentación influya de manera importante en la variación de los estados de ánimo, ni en los efectos que se atribuyen a determinados productos alimenticios, como pueden ser los afrodisiacos. En todo caso, "serían los estados de ánimo los que influirían en la alimentación", señala. Así, por ejemplo, "la extraordinaria exigencia de lograr la perfección puede llevar a la anorexia, y el exceso de angustia suele conducir a la bulimia o a la obesidad". El profesor Puerto opina que en España se puede comer "excelentemente" bien, aunque los gustos alimentarios no siempre son los adecuados. Por otra parte, "la superabundacia actual puede llevar a dietas perjudiciales para la salud".
En relación con los alimentos transgénicos, el experto no entiende que tengan tan mala prensa, puesto que "no hay evidencia científica de que causen malestar o sean perjudiciales para la salud". Es más, "la inmensa mayoría de los alimentos que comemos presentan modificaciones genéticas debidas a hibridaciones hortícolas", apunta. Con estos movimientos genéticos "simplemente se busca que los alimentos se hagan más resistentes a determinadas enfermedades o más eficaces en su producción", añade. En cuanto al mal sabor de algunas frutas y hortalizas, "se debe fundamentalmente a que se cultivan en grandes cantidades y, a veces, en medios hidropónicos, usando soluciones minerales en vez de suelo agrícola".
--La química de los alimentos
Para el profesor Mato, lo que uno come tiene una repercusión enorme en el estado de ánimo de esa persona. "No hay que olvidar que hay una química natural muy importante detrás de los alimentos que puede actuar de manera directa sobre nuestra fisiología, llegándose a generar adicciones en casos muy concretos", explica. Desde el punto de vista humanístico, "comer se ha convertido en una actividad económica de enorme importancia en Occidente y forma parte destacada de nuestra cultura". Además, "es un tema recurrente en los medios de comunicación". En un sentido amplio, "comer es también una actividad meramente social: "donde tratar todo tipo de asuntos, tanto personales como laborales".
Dado que "la mala alimentación contribuye al desarrollo de muchas enfermedades comunes", el profesor Mato considera que la comida es un asunto de enorme interés científico. Además, su importante componente cultural lo convierte en un tema idóneo para ser abordado en el ciclo "En tierra de nadie. Conversaciones sobre Ciencias y Letras", cuya finalidad es reducir la enorme brecha existente entre las ciencias y las letras. En el acto participan también Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao, y Félix Goñi, director de la Unidad de Biofísica (centro mixto CSIC-UPV/EHU) y presidente de la Fundación Biofísica Bizkaia.