Según un nuevo informe, el consumo adecuado de calcio y vitamina D resulta esencial para la reparación de los huesos y la prevención de posibles caídas en ancianos hospitalizados por fractura de cadera.
El análisis de una amplia base de datos bibliográfica demostró que una alimentación adecuada es crucial para el tratamiento de enfermos de osteoporosis con fracturas de cadera (1). Sobre todo en enfermos desnutridos, la suplementación con calcio y vitamina D se asocia a un incremento de la densidad del mineral del hueso (BMD, por sus siglas en ingles) de la cadera, y una reducción de caídas. La prevención de caídas, el ejercicio y un entrenamiento apropiado incorporado a un programa completo de rehabilitación, son esenciales para mejorar discapacidades funcionales y aumentar las posibilidades de supervivencia de enfermos ancianos hospitalizados por fractura de cadera.
Los investigadores señalaron que la deficiencia y la insuficiencia de vitamina D se da a menudo en enfermos ancianos con fractura de cadera debido a un escaso consumo de alimentos ricos en vitamina D y a una baja síntesis de micronutrientes en la piel mediante la luz solar. La vitamina D es la clave de la absorción intestinal de calcio. Por lo tanto, la suplementación con calcio y vitamina D es un componente indispensable en la prevención y el tratamiento de la osteoporosis a menos que sea seguro que el consumo de calcio y vitamina D se encuentra en niveles óptimos. Para la prevención de fracturas se recomienda que la suplementación con vitamina D sea de 800 a 1.000 UI al día para alcanzar un nivel de vitamina D (25 OHD) en suero de 75 nmol/L. También hay pruebas de que el calcio y la vitamina D ayudan a mejorar la eficacia en la prevención de fracturas de medicamentos contra la osteoporosis tales como el biofosfonato. Se necesitan más datos para definir mejor un tratamiento óptimo.
La fractura de cadera es la complicación más grave de la osteoporosis y la forma más severa de fractura osteoporótica, creando una pesada carga, tanto médica como económica, en todo el mundo. Las posibilidades de supervivencia y la calidad de vida descienden de forma significativa tras una fractura de cadera y la mortalidad prematura con un margen de 5 años alcanza alrededor de un 20%. Los pacientes ancianos con fracturas de cadera en el historial médico tienen un riesgo muy alto de sufrir otras fracturas: 2,5 veces más de riesgo de fractura vertebral y 2,3 veces más de riesgo de fractura de cadera. La incidencia de fractura de cadera aumenta de forma exponencial con la edad en mujeres entre los 60 y los 85 años.
**Publicado en "NutriFacts"