Los datos estadísticos nos indican que una población cada vez más envejecida y el aumento de la cronicidad con el importante coste económico que conlleva nos hacen que haya que replantearse como será el sistema sanitario en el futuro. Pero el futuro de los sistemas sanitarios tiene un aliado, los avances tecnológicos en telemedicina y su aplicación práctica en hospitales y centros de salud.
La telemedicina es ya una realidad, pero en los próximos años se espera un incremento exponencial de este tipo de asistencia. Gracias a la telemonitorización es posible el seguimiento del equipo médico de un hospital de sus pacientes sin que estos tengan de desplazarse desde su hogar al centro de salud.
Ya es posible que el personal sanitario pueda controlar la evolución de la enfermedad en tiempo real y acceder fácilmente a la ficha del paciente con el histórico de los datos y las mediciones. Igualmente, gracias la videoconferencias que ofrecen algunos terminales de telemedicina, es posible iniciar una conversación con el profesional médico.
Muchos estudios han demostrado que la telemedicina ofrece cuidados proactivos e involucra al propio paciente en la vigilancia de su salud, que ganará en confianza y seguridad.
Es cierto que aún pervive un cierto recelo a la telemedicina entre los profesionales sanitarios por las barreras tecnológicas que aún existen y el desconocimiento ante las actuales garantías de seguridad para la privacidad de los datos, la calidad de los dispositivos de telemonitorización y la implicación de la industria y los pacientes.