La telemonitorización permite al paciente no tener que desplazarse al centro de salud u hospital para que el personal médico pueda acceder a sus datos biométricos. El paciente se encuentra en su casa y de forma periódica según se haya establecido, envía sus datos biológicos por medio de una conexión segura de internet.
Es lo mismo que si el paciente estuviera conectado a un monitor y un profesional sanitario hace el seguimiento de unos parámetros: pulso, etc. Igual que se realiza en una Unidad de Cuidados Intensivos. La telemonitorización requiere del compromiso por parte del paciente de realizar correctamente la toma de los datos.
Todas las encuestas realizadas sobre el uso y la aplicación de la telemedicina han demostrado que la mayoría de los pacientes está a favor de esta tecnología por la mejora en la calidad de vida que supone. Cuando un parámetro presenta alguna anormalidad, el profesional sanitario se pone en contacto con el paciente, los modernos dispositivos de telemedicina incluyen un sistema de videoconferencia, para indicar lo que tiene que hacer.
Esta comunicación la inicia el profesional y el objetivo es actuar ante una alerta. La telemonitorización debe acompañarse con la pertinente formación al paciente sobre la forma de utilizar el equipo y es una oportunidad perfecta para aprovechar la ocasión para hacer educación sanitaria sobre su enfermedad. La educación sanitaria es un buen complemento de la telemonitorización.