La terapia física sola o combinada con aparatos ortopédicos puede prevenir las complicaciones mediante el estiramiento de los músculos afectados. Gracias a la fisioterapia se fortalecen los músculos, se facilita el caminar y se evitan las contracturas en las articulaciones.
En definitiva, mediante la terapia física se mejora la calidad de vida de los enfermos con parálisis cerebral.
El fisioterapeuta suele utilizar métodos como el ejercicio, la manipulación, el calor y los masajes para ayudar a que el niño, desde edad temprana, desarrolle unas pautas correctas de movimiento. También puede aconsejar a los padres sobre la mejor manera de llevar, coger o colocar a su hijo, y de cómo aprender a sentarse, permanecer de pie o caminar.
Este método utiliza un traje especial que consta de un peto, un calzón, unas rodilleras, un gorro y unos zapatos que van unidos por unas gomas elásticas.
Con este tratamiento se mejora del tono y la fuerza muscular, así como aumentar el número de fibras musculares estabilizadoras, la coordinación de las extremidades. También se mejora el control, el balance, el equilibrio, la postura y la movilidad.