En un informe clínico presentado
por la Universidad de Nagoya en Japón publicado en la revistaAnnals of Internal Medicine,
se describe el caso de una paciente de 35 años que presentó una historia de tos
crónica de 2,5 años de evolución. La paciente había sido diagnosticada con asma
seis meses antes, pero a pesar del tratamiento con altas dosis de
corticosteroides inhalados, agonistas β 2 de acción prolongada y antagonistas
de los receptores de leucotrienos, la tos había empeorado. Los investigadores
iniciaron el tratamiento con teofilina sostenida, tiotropio y eritromicina,
pero no hubo mejora. Durante tres procedimientos a intervalos de tres semanas,
se usó termoplastia bronquial para tratar todos los bronquios visibles con
energía térmica a 65 grados Celsius durante 10 segundos. Se observó mejoría en
la tos inmediatamente después del primer procedimiento. Se documentaron mejoras
en la intensidad de la tos, la calidad de vida relacionada con la tos y el
control del asma a los tres meses del procedimiento final. También hubo una
disminución en el número de tos inducida por capsaicina, mientras que no se
observaron cambios en las medidas de inflamación eosinofílica sistémica y de la
vía aérea y la función pulmonar. Es por ello que se debería considerar el uso
de la termoplastia bronquial para los pacientes con tos asmática grave que no
han respondido a las terapias más convencionales, concluyeron los autores.