Londres 1852. Las jóvenes Gwineyra y Hellen,procedentes de distintos estratos sociales,emprenden travesía en barco a Nueva Zelanda para convertirse en esposas de unos hombres a quienes no conocen.
Con esta excusa se inicia una saga que abarcará tres generaciones.
Cuenta con el aliciente del contexto histórico,y aprendemos pinceladas del proceso de colonización de Nueva Zelanda, actividades como el esquilado de ovejas ,la cría de pura sangres,la caza de ballenas o la búsqueda de oro.
Nos muestra someramente los conflictos de la Corona británica con los maoríes por el uso y explotación de la tierras y los problemas con el mestizaje en el sistema colonialista anglosajón más dado al exterminio/exclusión que al mestizaje/integración.
Un reflejo de la época con comercio de mujeres camuflado bajo matrimonios de conveniencia y adopciones.
En este ambiente se desarrollan y luchan nuestras chicas,y en las novelas pasa como en la vida: la guapa se lleva más protagonismo que la anodina.
Para mí fue un culebrón histórico y amable, con personajes bien definidos, amor,desamor y grandes dramas que se resuelven sin dejar lugar a la ambigüedad. El gran número de páginas se lee con facilidad en tardes lluviosas o en ratos de descanso junto a la sombrilla y la hamaca, cuando buscas evadirte sin darle vueltas a la cabeza, o cuando necesitas lectura ligera para descansar de obras de más enjundia. Tal vez,por el corte romántico de la trilogía y por lo bien descrita que está la virilidad de ciertos personajes masculinos, sea más del agrado de mujeres que de hombres, aunque no lo consideraría literatura femenina. Esperamos que os guste y que nos contéis luego vuestra opinión.