Los egipcios desde 4.000 años a.C. en los papiros de Lahun (Kahum en algunas trascripciones) y de Ebers (en ese orden las dos imágenes inferiores) mencionaban los desordenes del piso pélvico con la descripción de los prolapsos (vesicales, uterinos). Así Cleopatra proponía la aplicación de sustancias astringentes en la vagina cuando había prolapsos vaginales (cistocele, rectocele).
Tenían los egipcios el concepto de especialidades en el campo de la medicina, por lo cual no es difícil imaginarse que las vías urinarias tenían su representante o bien individualmente o bien dentro de las actividades de un cirujano, ya que tanto las enfermedades litiásicas originadas por motivos medio-ambientales (clima, alimentación), como por la obstrucción urinaria de la salida vesical, bien sea por patologías intravesicales o por aumento de la glándula prostática eran vistas ya para aquella época por un especialista. Inclusive las enfermedades parasitarias vesicales (Schistosomiasis) con la complicación de hematuria y de cáncer vesical, evidenciada por la presencia de huevos calcificados de Schistosoma haematobium en una momia de Nakht (Najt erróneamente en la Wikipedia; por cierto si pensáis ir a Egipto, no dejéis de visitar su tumba en Tebas... im-presionante en dos palabras), eran vistas y tratadas por una persona en particular (dinastía XXI).
En un grabado (imagen inferior) de la tumba de Ankhmahor que era capataz-Visir del Rey Teti (VI dinastía alrededor del año 2.345 a.C.) en Sakkara, se ven los pasos seguidos durante la circuncisión, practica egipcia sobre todo de las clases superiores y de los sacerdotes. Vemos las actitudes del cirujano (que era el sacerdote), su ayudante y el paciente. Se sabe que era un procedimiento que se realizaba en la pubertad-adolescencia. La práctica de la circuncisión era práctica común en Egipto extendiéndose su uso posteriormente al pueblo hebreo y otros pueblos del medio oriente.
No fue un hecho aislado y es descrito por Manetónen la "Crónica de Reyes" en muchas de las Dinastías. Algunos egiptólogos incluso mencionan que en los inicios, existía un Dios de la Circuncisión cuya misión o trabajo era mantener la fertilidad en los bancos del Nilo
El bisturí en el Imperio Antiguo eran hojas de obsidiana o pedernal (piedra de chispa) y en el Imperio Nuevo el bisturí era de metal. Se colocaba miel con aceite para mejorar la cicatrización y evitar las infecciones de la herida. Además de los motivos religiosos que obligaban a los egipcios a realizar el procedimiento tenían también motivos higiénicos, motivos de pureza, así como se consideraba un requisito para contraer matrimonio y como un tratamiento para la denominada gangrena del prepucio (Andrawis). Tenemos testimonio de que los instrumentos quirúrgicos mas sofisticados eran originarios de Egipto y por eso es que griegos y romanos consideran a Egipto como la cuna de la medicina.
El tratamiento de la retención urinaria en Egipto o “liberación del vientre” se obtenía con semillas de ricino y cerveza, así como con la práctica de untar el pene con aceite en el cual previamente se disolvía un haba cocida, con la inmersión de una caña o junco en el agua estimulando por analogía el canal uretral (Cosmacini).
En Tablas mesopotámicas que van del 3.400 al 1.200 a.C. se ha leído el siguiente texto: “Introducirás un remedio en el pene con la ayuda de pequeños tubos de bronce” que documenta la existencia de catéteres uretrales ya en las épocas de las primeras ciudades del fértil creciente e igualmente se hablaba de síntomas obstructivos urinarios (prostáticos), infecciones de transmisión sexual, por los encargados de la medicina de los pueblos mesopotámicos como fueron el Asu y el Asipu.
Mención especial tiene Imhotep, arquitecto, pensador y jefe de los médicos del Faraón Zoser (III Dinastía) y un adelantado a su tiempo como autor del autor del papiro de Edwin Smith donde entre otras cosas describió las repercusiones uroneurológicas, es decir, la vejiga neurogénica.
Además ya desde ésos tiempos, se conocía la "enfermedad de la piedra" (que también es descrita en tratados chinos, hindúes, griegos y romanos), ya que existen momias egipcias con cálculos vesicales siendo ésta patología una de las responsables del desarrollo de la especialidad urológica en todas las épocas de la historia del hombre.
Probablemente el nombre de piedras o cálculos renales provenga de los recipientes de arcilla con cuentas en su interior, encontrados en la orilla occidental del Éufrates en la ciudad de Habuba Kabira, datados entre el 3.200 y el 3.100 a.C. El más antiguo (el de la figura inferior) es una pieza de barro sin cocer expuesta en el Museo Nacional de Alepo (hoy tristemente conocida por los bombardeos del régimen Sirio). Lo interesante, es que dentro de la pieza existen las llamadas "cuentas", en latín llamadas "calculi", piezas pequeñas de terracotta con las cuales se llevaba la contabilidad y que posiblemente dieran nombre a los "calculus" o piedras renales.
Academia Biomédica Digital
Emge L, Durfee RB. Pelvic organ prolapse: Four thousand years of treatment. Clin Obstet Gynaecol, 1996
Ponteziani Bigelli, Julio César. Historia de la Urología, 2006