La “vacunología social” y la inmunidad de las vacunas

Por Miguel @MiguelJaraBlog

En Argentina, Brasil o Chile “exhiben” los éxitos conseguidos con la vacunación de la triple vírica, como si los problemas en Europa y Canadá y Estados Unidos se debieran a las personas que deciden no vacunarse, lo que en ciertos ámbitos interesados denominan “antivacunas”. Es una postura que ignora la complejidad de las vacunas, su inmunidad y los cambios sociales.

Existe lo que se denomina “vacunología social” -que trata de la historia de las vacunas y su relación con la sociedad- de escaso desarrollo, por cierto, en  una sociedad como la española en la que se multiplican sin cesar los expertos en vacunas y sus grupos, se mantiene la verticalidad de las decisiones vacunales, se explota el miedo a la vulnerabilidad y se demuestra escaso o nulo interés por las valoraciones críticas de vacunados (y de sus responsables legales y profesionales). Pero lo cierto es que a embarazos más tardíos más susceptibilidad para contagio del sarampión al bebé.

La triple vírica es útil pero tiene problemas por evanescencia de la inmunidad a los 20-30 años de la vacunación. En Argentina, Brasil, Chile y otros países se “exhibe” el éxito de la vacuna contra el sarampión comparándolo con el fracaso en Europa con sus brotes, por los “antivacunas”. Grave error. El problema de fondo es el fallo de la inmunidad a largo plazo, y los cambios sociales, como el retraso de los embarazos.

En Holanda, comparación de tasa de anticuerpos en embarazadas vacunadas y no vacunadas (grupo protestante). La baja inmunidad de las vacunadas, un problema para sus bebés y para los “brotes” de sarampiónChildren of mothers vaccinated against measles and rubella have lower concentrations of maternal antibodies. Canadá. Brote de sarampión. Dos dosis no son suficientes para evitar el contagioCanada measles outbreak. Unexpected vulnerability in 2-dose recipients was taken into account.

Nos fijamos mucho en el número de personas que se vacunan en una comunidad pero tratamos menos la eficacia de las vacunas y la duración de la inmunidad que ofrecen. Un caso extremo es el que comentábamos el otro día sobre la vacuna de la gripe estacional, su inmunidad sólo dura unos meses. O los recurrentes brotes de paperas que se producen en España por la baja eficacia de las vacunas utilizadas.