La vegetación recupera lo que es suyo

Por Elisa @elizzaflow

La mano del ser humano provoca preciosos paraisos terrenales, pero la ausencia de éste también deja bellas imágenes.

Las exigencias laborales obligan -a menudo- a que nuestra vida transite alrededor de la urbe. Esto, en consecuencia, provoca un flujo migratorio hacia las ciudades en detrimento del entorno rural. Durante las últimas décadas, muchos pueblos se han visto despoblados de vida humana casi por completo, creando poco menos que zonas fantasma. De esta manera, lo que a priori resulta un problema poblacional crea fantásticas postales. Una de ellas la encontramos en una pequeña isla de la costa china, junto a la desembocadura del río Yangtze. Gouqui, así se llama, es una villa completamente abandonada que ha sido tomada por las exigencias de la naturaleza. Y es que el camino de la hiedra se ha erigido en la única ley existente.

El paisaje es maravilloso. Ver cómo el verde toma cada muro, cada tejado y cada camino resulta altamente poético; una especie de vuelta a los orígenes. Tanto es así, que el lugar se está convirtiendo en un lugar turístico, un santuario natural a la altura de los más grandes paraísos designados patrimonio de la humanidad.

Y para no cerrar el tema sólo con estas preciosas imágenes (que no son poco), lo enlazaremos con la posibilidad de crear jardines verticales en nuestras viviendas, una gran opción con múltiples beneficios: mejorar la calidad del aire, aislamiento térmico y acústico y producción de oxígeno.

Imágenes: upsocl.com

Fuente: upsocl.com