La verdadera fórmula para “lograr” la felicidad

Por Psipositivo @Psi_Positivo

Acudir a una entrevista de trabajo, decidir tener pareja o no, comer sano o lo que nos apetezca, silenciar el móvil cuando estamos ocupados… directa o indirectamente, casi todo lo que hacemos en nuestro día a día está orientado a esta búsqueda vital, la de la felicidad. Y es que en este camino podemos encontrar muchas cosas que nos lo pongan fácil o difícil. Comprobar que algún suceso de nuestra adolescencia nos sigue afectando, y no hacer nada para solucionarlo, nos lo pone difícil. El tres veces por semana salir a hacer bicicleta, por tanto encontrarnos más en forma, nos lo pone algo más fácil. Vamos a ver algunas claves básicas en este artículo.

Cada uno de nosotros vamos desarrollando nuestra propia fórmula de la felicidad, de nuevo de manera más consciente o inconsciente; a veces nos permitimos ser felices, otras no y vamos desarrollando patrones repetidos. Este es un punto importante, el de los patrones. ¿Has observado que algunas personas parecen tener un estilo optimista de afrontar las situaciones del día a día y otras no? Puedes consultar este artículo para saber más acerca de los estilos optimista y pesimista.

Alcanzar la felicidad vs ser feliz

Primer punto que me parece básico. La felicidad, al igual que otras emociones, no es algo que consigues o que logras, si no algo que experimentas, en lo que te mueves. Cuando ocurre algo encontrarte tu coche rayado, o vemos que un esfuerzo importante no nos ha conducido a nada por causas ajenas a nuestra persona, nos sentimos con rabia. No pensamos si estamos enfadados, simplemente lo experimentamos. Y tras ello pasa más rápido, lo cual es algo muy bueno en y en lo que personalmente incido mucho en consulta.

¿Por qué no lo consideramos igual con la felicidad? No es algo que tenemos que lograr, como llegar a la meta, si no donde tenemos que movernos habitualmente.

Lo que esto implica es que la felicidad no se consigue per se, si no como consecuencia de una serie de decisiones y acontecimientos en nuestra vida. Esto se suele confundir, ya que desde que la felicidad está encuadrada al exceso en nuestra sociedad como un objetivo por si misma, como decía. Compra tal cosa y serás feliz. Aprende tal otra y serás feliz. Deshazte de tal otra y serás feliz. Pero en realidad no es fácil poder comprar la felicidad y conseguirla. Simplemente se vive. Ello como resultado de tener otras partes de la propia vida en orden que en realidad es lo fundamental. Sentir que estamos en el camino correcto y que hay cierto equilibrio en nuestra vida.

¿Placer = felicidad?

En esta búsqueda de la felicidad, lo que mucha gente hace en realidad es centrarse en encontrar placer: buena comida, más sexo, sacar tiempo para ver la televisión o películas, fiestas con amigos, masajes de espalda, etc. Esta es la P del modelo PERMA de la Psicología Positiva como explico en mi ebook Psicología Positiva para el día a día, o lo que es lo mismo, el experimentar emociones positivas.

Evidentemente sentir placer es bueno, pero sólo es una de las partes del puzzle.

Aquí algo sobre las propias expectativas. Discrepo de ponerse bajas expectativas vitales para no decepcionarnos. Estas deben ser equilibradas; ni tan bajas que no nos motiven, con pocas miras, ni tan desproporcionadas que resulten inalcanzables. Los retos nos mueven, nos estimulan, nos hacen tirar para adelante, y para ello necesitamos fijarnos unas expectativas realistas y deseables. Somos seres de retos, de desafíos, de mejorarnos a nosotros mismos, y esto también nos ayuda en nuestra búsqueda.

En conclusión, cada vez podemos ir sintiéndonos más a gusto en este moverse por la felicidad, aprendiendo a equilibrar las diferentes partes de nuestra vida. ¿Y tu, cómo te mueves por tu propia felicidad?

Antoni.

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