Un experimento vale más que 100 discusiones
Así como no existe el momento perfecto tampoco existe la receta única para la felicidad. Hay una receta, una combinación perfecta para ti, y tú serás quién descubra este secreto. No hace falta que empieces desde cero, otros ya han descubierto los elementos básicos de la felicidad para ti. Tu reto será descubrir qué sabor y qué combinación funcione mejor para ti: con la mano en la masa y con la mente abierta.
Experimentos con una dieta sana: vegetariana o vegana, sin lácteos o sin glutén (granos), paleo o cruda, sin açúcares, sin procesados, a base de puntos o pesando cada ingrediente. Los defensores de cada una de estas dietas te puede dar mil razones por qué la suya es la más adecuada. Puedes aprovechar este conocimiento para saciar tu curiosidad y para aprender lo más rápido las bases de cada sistema alimenticio. En vez de discutir, pruébalo durante un mes para experimentar el efecto que ese tipo de dieta tiene sobre tu nivel energético y tu estado anímico. Quédate con lo que funciona, descarta lo que no te sirve. Y vuelve a experimentar.
[Ojo: si tienes cualquier trastorno alimentario, busca ayuda de un profesional. Solo hablo de mi experiencia, no soy dietista.]
Experimentos con el deporte: solitario o en equipo, organizado o por libre, de madrugada o en tu hora de comer, competitivo o solidario: fuiste creado para moverte, así que existe alguna forma de movimiento que se adapte a ti: correr, karate, ballet, tenis, natación, el método natural, es cuestión de experimentar. No te fíes de las recomendaciones de amigos, colegas, revistas y blogs: pruébalo durante un mes para detectar tu forma de moverte. Y una vez que lo has encontrado: ponte el reto de convertirlo en hábito. Hasta que tus circunstancias cambien y vuelves a experimentar.
Experimentos con el minimalismo: Proyecto 333, el reto de las 100 cosas, consumo consciente, entra uno – sale uno. No hace falta que mañana te mudes a la montaña. Si quieres aliviar tu vida y encontrar más energía y tiempo para lo que te importa (o para tus experimentos), basta con que empieces con un cajón o un reto. Pruébalo durante un mes y observa que tal se siente. Los retos son tuyos, así que siempre las puedes ajustar a tu medida. ¿33 prendas te parece mucho (o poco)? Cámbiale el número a algo que te inspira en vez de asustarte. ¿No quieres cancelar la tarjeta de crédito todavía? Déjala en casa por si acaso hasta que te hayas acostumbrado a no utilizarla.
Las reglas de tus experimentos las pones tú. El único requisito para sacarles el máximo provecho es que te concentres en un experimento a la vez (durante un mes) para descubrir la mezcla perfecta.
Has cambiado. Vuelve a experimentar.
Tu vida es un flujo y las cosas cambian. Tu gimnasio altera sus horarios, tu empresa se traslada a las nuevas instalaciones, te quedas embarazada, tu mejor amiga se muda a otra ciudad, la verdura de temporada no te gusta para nada o tu café preferido para desconectar de repente tiene Wifi. Es hora de volver a experimentar para descubrir nuevamente tu receta personalizada.
Recuerda: la mágica está en el proceso.