“No existe ninguna confrontación entre la industria farmacéutica de marca y la de genéricos. Nosotros siempre decimos que los genéricos son imprescindibles y apostamos por los genéricos como elemento de ahorro para el sistema por muchas razones”. Estas palabras no tendrían nada de especiales si no hubieran sido pronunciadas en las XXIV Jornadas Nacionales de Enfermos Renales ALCER celebradas en el Ministerio de Sanidad, por Julián Zabala, Director de Comunicación de Farmaindustria, la patronal de los laboratorios que fabrican medicamentos de marca.
“No somos excluyentes, somos complementarios” En esta misma actitud conciliadora se mostró Ángel Luis Rodríguez, Director General de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), quien además afirmó que “El genérico no es un invento de la industria farmacéutica. Son las administraciones sanitarias las que han considerado que se podían desarrollar los genéricos. De hecho hay compañías farmacéuticas que tienen en el mismo grupo empresarial divisiones de medicamentos de marca y divisiones de genéricos”.
Lo importante para Alejandro Toledo, Presidente de la Federación Nacional ALCER, es que el Real Decreto de la prescripción por principio activo deja abierta la puerta a la elección por parte del paciente. Pero según Toledo “las autoridades sanitarias no tienen intención de realizar la adecuada información al paciente. Especialmente preocupante es el caso de los enfermos crónicos como los renales que pueden ver cambiado su tratamiento de toda la vida y peligrar su salud”.
-Graves errores
“En el caso de los medicamentos de estrecho margen terapéutico como los inmunosupresores ya se están produciendo errores en la prescripción al cambiar en Atención Primaria la prescripción de marca por el principio activo, poniendo en peligro el órgano trasplantado que lleva el paciente” ha afirmado Alejandro Toledo, quien además preguntó cómo evitar esos errores.
“Necesitamos un paciente informado que pueda interactuar con el médico”. Son palabras de Zabala para quien “el paciente es el primero que tiene que velar por que no se produzca esa intercambiabilidad que el Real Decreto no ha sabido garantizar y menos aún en cada una de las 17 interpretaciones del mismo que hay en cada una de las 17 Comunidades Autónomas en un ejercicio de dificultad de la equidad”.
El Presidente de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), el Dr Alberto Martínez Castelao, afirma que “para nosotros es muy importante que la bioequivalencia se respete, esté garantizada para todo tipo de fármacos y muy especialmente para los inmunosupresores”.
Pero el Dr Martínez Castelao va más allá y avanza algo que puede llegar y complicar todavía más este panorama, los llamados biosimilares: “Genéricos y biosimilares son dos campos diferentes. Es muy importante que en el caso de los biosimilares, si se está manejando algo para introducirlos en el mercado, tiene que quedar muy claro no sólo el tema de la bioequivalencia, sino el tema de la seguridad. La seguridad en este caso es muy importante y especialmente en el campo de las eritropoyetinas la bioseguridad no está aún plenamente demostrada y tiene que estarlo plenamente. La antigenicidad de un biosimilar a una eritropoyetina es muy importante de cara al futuro y esa importancia no se respeta sólo con un tiempo corto de evolución, sino con un tiempo un poco más largo”.
-Diferencias entre Farmaindustria y AESEG
Las diferencias entre Farmaindustria y la AESEG empezaron a ponerse de manifiesto al mencionar Andalucía. Según Rodríguez “Andalucía tiene ahora un 87% de prescripción por principio activo después de 10 años y no hay conflictos entre médicos, farmacéuticos y pacientes”. Esta visión no es compartida por Zabala, quien comentó: “Hace unos años hicimos una encuesta en Andalucía a la población general de pacientes crónicos polimedicados mayores de 65 años y les preguntamos si alguna vez habían tenido algún problema de cumplimiento del tratamiento o confusiones al intercambiarse medicamentos genéricos al ir a la farmacia. El 25 % habían tenido problemas más o menos serios derivados de estas confusiones”.
Zabala considera que si medicamentos de marca y genéricos cuestan lo mismo, en términos de ahorro dará igual una marca que un genérico y sin embargo hay que prescribir obligatoriamente por principio activo. “Esto creará conflictos a la industria farmacéutica de marcas y a la industria farmacéutica de genéricos que a estos efectos también son marcas”.
Pero además para Zabala afirma es una injusticia. “¿Por qué es obligatorio prescribir por principio activo en un contexto en el que una marca y un genérico cuestan exactamente lo mismo?¿Por qué se le quita al médico la capacidad de prescribir con precisión lo que quiere que tome el paciente? ”
Ángel Luis Rodríguez defiende que el organismo humano no distingue entre un medicamento de marca y un genérico porque son bioequivalentes, es decir, tienen la misma concentración en sangre y actúan con la misma velocidad en el tiempo. “Esto son dos curvas, de tiempo y concentración y en el momento en que ambas curvas son superponibles, no es la AESEG sino la Agencia Española del Medicamento quien afirma que el fármaco es bioequivalente y por tanto tiene la misma calidad, seguridad y eficacia”.
Como los fabricantes de marcas están igualando su precio al de los genéricos…¿Qué ofrece el genérico si el precio ya no es una ventaja? A esta cuestión planteada por el Presidente de la Federación Nacional ALCER, contestó el representante de la AESEG considerando que “son un valor fijo de ahorro para el sistema sanitario hoy y en el futuro. Los genéricos representan sólo el 11% de los medicamentos que se consumen, pero en 11 años han ahorrado 11.000 millones de euros. Además generan una competitividad con los medicamentos de marca que contribuye al ahorro.” La AESEG ha estudiado los medicamentos que próximamente vencerá su patente y calculan que por existir los genéricos, en los próximos dos años habrá un ahorro de 120 millones de euros, ahorro que no se produciría si no existiera el genérico”.
Por último, el Presidente de ALCER, Alejandro Toledo, se cuestiona si no estará obteniendo demasiado protagonismo el farmacéutico en este proceso y si el derecho del paciente no debe estar por encima del farmacéutico a la hora de elegir un medicamento.