¿Lactancia materna o artificial?

Por Anagarcia

La leche materna ha sido siempre por excelencia el alimento de los bebés durante su primer año de vida, ya que está adaptada a las necesidades y limitaciones del tubo digestivo que todavía es inmaduro. Pero determinadas condiciones de salud tanto de la madre como del niño, además del estilo de vida actual, pueden dificultar la lactancia materna. Para solucionar este problema se crearon las leches artificiales o de fórmula, cuya materia prima es la leche de vaca que se transforma para intentar asemejarse lo más posible a la composición de la leche materna. Pero esto no es posible al 100%, la leche materna es irreproducible, por lo que siempre existen diferencias entre ambas. No obstante, ambos métodos presentan sus ventajas e inconvenientes.

¿Hasta qué edad se puede dar leche materna? ¿Qué leches de fórmula son válidas para ese tiempo?


Según la OMS, debe existir una lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad. A partir de entonces y hasta los 2 años debe combinarse con otro tipo de alimentos. Para recorrer este camino de la mano de leches artificiales, podemos encontrar dos tipos: por un lado las fórmulas de inicio aptas entre los 4-6 meses de vida que sustituyen completamente a la leche materna. Por otra parte encontramos las fórmulas de continuación que ya están pensadas en el marco de una alimentación más variada a partir de los 4-6 meses de edad.

Diferencias entre lactancia materna y artificial

Las diferencias entre ambas radica en el efecto provocado a nivel de:

  • sistema inmune: la lactancia materna aporta una serie de anticuerpos al niño de los que carece la leche de fórmula. Estos anticuerpos ayudan a prevenir infecciones, sobre todo del oído y respiratorias.
  • digestión: el bebé posee todavía un sistema digestivo inmaduro y la leche materna está adaptada a tal circunstancia, ya que sus componentes son digeridos fácilmente y esto ayuda a disminuir los casos de diarrea o estreñimiento. Sin embargo las leche de fórmula se digieren más lentamente y son más susceptibles de provocar pequeños problemas intestinales.
  • riñones: los bebés necesitan proteínas para crecer. La lactancia materna le aporta la cantidad exacta de este nutriente para un correcto desarrollo. Sin embargo, las leches de fórmula poseen una cantidad extra que pueden provocar un sobreesfuerzo del riñón del bebé. Además de las proteínas, también se deben tener en cuenta minerales como el calcio y el hierro, los cuales se absorben mejor en la leche materna, por lo que se aprovechan más y se evita que sobrecarguen el riñón. Para mejorar la absorción de estos minerales se ha añadido a las leches de fórmula lactoferrina (una proteína) y vitamina D que ayudan a absorber el hierro y el calcio respectivamente. 

Sin embargo, al igual que con la lactoferrina y vitamina D, cada vez se añaden más componentes a la leche de fórmula para simular todos y cada uno de los efectos que se consiguen con la leche materna. De esta forma se consigue un control sobre:

  • estreñimiento y diarreas: la leche materna contiene prebióticos, un tipo de fibras que ayudan al desarrollo de las bacterias del intestino, previniendo así estos episodios digestivos. Estos mismos componentes son pues añadidos a la leche de fórmula.
  • desarrollo psicomotor: las leches de fórmula han sido enriquecidas con compuestos que existen naturalmente en la leche materna, como son los ácidos grasos y algunos aminoácidos que participan en el desarrollo psicomotor de los bebés. Sin embargo, los ácidos grasos presentes en la leche materna son absorbidos mucho mejor que los de fórmula. 

Ventajas de lactancia materna vs artificial

Recapitulando, las ventajas que aporta la leche materna son:

  • refuerza el sistema inmune 
  • facilita la digestión de los nutrientes 
  • evita sobrecargas del riñón 

Además, aunque hay efectos que pueden igualarse con una leche de fórmula, existen situaciones que no pueden reemplazarse:

  • mayor aporte de sabores a la leche según la dieta de la madre, lo cual facilitará la posterior introducción de alimentos en el bebé 
  • disponible 24 horas al día, sin preocuparse de si la farmacia de guardia está abierta o no
  • no hace falta prepararla ni esterilizar biberones.
  • aunque le pongo el último es la ventaja primordial: el contacto piel-piel de la madre con el bebé, que establece una relación íntima e inigualable entre ambos. 

    imagen: Elena Karneeva


 Por otro lado, la lactancia artificial también posee cualidades inigualables por la leche materna:

  • algunas fórmulas poseen componentes que ayuden a prevenir los cólicos y el regurgitamiento de la leche
  • mayor comodidad desde el punto de vista de que cualquiera puede darle de comer. Esto también es posible con la lactancia materna, previa extracción de leche, pero la lactancia artificial precisamente ahorra este paso.
  • la madre puede comer lo que quiera sin preocuparse de que los sabores o efectos (como el que puede provocar la cafeína) pasen después a la leche. 

Sin embargo hoy en día, una buena opción es la lactancia mixta, donde se alternan la lactancia materna y artificial  en caso de no poder dar el pecho directamente. De esta forma, se podrá también obtener las ventajas de ambos métodos.