El primer momento en que me la puse en el pecho, cuando apenas tenía unos minutos de vida me pareció de lo más especial. Las enfermeras y amigas mías que ya eran mamás me ayudaron mucho a cómo colocarla, cómo estar yo más cómoda (sorprendentemente, yo me he apañado mucho mejor sin el cojín de lactancia tan bonito que tenía ;) y conseguir que el enganche fuera correcto pese a no tener la subida de la leche. La peque ponía su boquita perfectamente y los primeros días fueron genial. Hasta que me dio la subida! Madre mía que pechos! Verme tanto volumen me agobiaba un poquillo (yo al revés del mundo oye XD) pero como todo, con los días la sensibilidad y el hinchazón tan bestia mejoró por completo y es que, el cuerpo es muy sabio y se regula solo para producir lo que necesitas.
Pese a lo bien que se enganchaba, no me libré de las dolorosas grietas en un pecho, que calmaba aplicándome crema de pepita de uva tras cada toma y que tras unos días se curaron dejando paso a una lactancia perfecta y muy satisfactoria. Por suerte, solo tomaba de un pecho en cada toma y en poco más de 5 minutos estaba lista! Por lo que eso de estar practicamente todo el día con el pecho fuera en mi caso, no sucedió y la cosa iba muy rápida.
El momento "exhibicionista" también era algo que me preocupada ya que soy un poco pudorosa, pero de nuevo, me sorprendí a mi misma con una soltura adquirida con los días en los que puedes dar el pecho en cualquier sitio sin enseñar nada más que un poquito de piel. En casa no las usaba, pero cuando salía, llevaba debajo del jersey o camisa una camiseta de lactancia (las mías eran las de H&M) facilitando todavía más la "tarea". Por cierto! Antes de dar a luz, me compré varias camisas con botones y hasta pijamas con la apertura delantera pensando que me iba a hacer falta para dar el pecho y que iba a ser lo más cómodo para abrir solo por un lado, pero de nuevo, en mi caso no sirvió de nada ya que me resultaba mucho más sencillo subir la camiseta y listo.
Haciendo ahora balance, la verdad es que estoy muy contenta con como salió y llevé todo este tema que aun siendo algo sacrificado (ya que tienes que ser tú o tú quien alimente al bebé) me resultó mucho más gratificante y alucinante de lo que nunca pensé. La sensación de ver como eres tú quien alimenta a tu bebé, de notar lo tranquila que se queda, de que puedes hasta calmarle los cólicos con el pecho o de sentir su manita apoyada en tu piel mientras mama me parece simplemente indescriptible. Pero como pensaba "antes de" y por si sirve a alguien para no tener remordimientos (que me consta por amigas que se tienen), si no hubiera aguantado el dolor de los primeros días o no hubiera funcionado, no hubiera pasado absolutamente NADA. Tengo muy claro que no soy mejor madre por haber dado el pecho.
La verdad es que estoy muy contenta con cómo ha salido el proceso que ha sido muy paulatino y sin prisas. Y aunque a veces lo cierto es que echo un poco de menos el tenerla enganchada al pecho, por otra parte el primer biberón que le dio mi marido ha sido otro de los grandes y emocionantes momentos que estamos viviendo ya que la parte de alimentarla, él se la estaba perdiendo. Y da gustico verla comer tan tranquila y escuchar los sonidos y las caras que hace mientras come ;)
Con todo esto, me reitero una vez más, no pretendo convencer a nadie de nada. De que no dé el pecho o de que lo dé. Ni de si es mejor una cosa u otra, o de que lo que yo he hecho sea lo mejor. En absoluto. Es solo mi experiencia y cómo he afrontado yo este tema tan tan importante en los primeros meses de vida de nuestro bebé. Porque al final lo único que nos importa es el bienestar de nuestra familia y con esa base, la decisión que tomemos, será la correcta.
Un beso y gracias por leer semejante testamento ;)