Hace unos días que colgamos esta nueva/vieja lámpara en el cuarto de Sira y cada vez nos gusta más.
El caso es que tenía esta lámpara dando vueltas por el estudio desde hacía meses y no acababa de ver qué salida darle. El primer paso fue limpiarla a conciencia y darle un par de capas de pintura blanca en spray. Me resultaba un poco sosa, así que para añadirle el toque de color pensé en aprovechar un montón de cuentas de madera que también guardaba desde hace tiempo, y completar la transformación de esta vieja araña haciendo cadenetas de colores como guiño a las clásicas lágrimas con este tipo de lámparas suelen complementarse. Para fijarlas basta ir engarzando las cuentas en hilo de nylon o de algodón y atarlas a los brazos de la lámpara; y en los platillos bastaron unos puntos de pegamento usando la pistola de pegamento caliente. Tenía intención de añadirle aún más cuentas de las que veis pero por el momento me gusta tal cual está, así que por ahora así se queda. Jano se encargó de cablearla y dejar todo el sistema eléctrico renovado y listo para aguantar unos cuantos años más...