El lapislázuli es altamente valorado por el hombre desde la prehistoria. Se puede encontrar como objeto ornamental en tumbas del Neolítico. Hace 6000 años, los sumerios usaban el lapislázuli para crear sus objetos más lujosos. La traían desde Afganistán, y se convirtieron en un centro mundial del comercio con esta piedra. Exportandolo a Egipto, donde era usado por sus habitantes como muestra de poder. El lapislázuli fue también muy usado en los templos y en liturgia religiosa. Se cree que el llamado “sappir” en el Antiguo Testamento. Un tiempo de profetas y alejado de la sociedad moderna, donde el ser humano sentía con gran intensidad la omnipresencia y la omnipotencia de la divinidad.
En el renacimiento europeo el lapislázuli fue muy valorado por los pintores para realizar pigmentos por su vivo color azul, llegando su precio a ser cuatro veces superior al del oro. Luego, el precio del lapislázuli descendió tras la guerra con la Unión Soviética, y fue bastante más fácil encontrarlo. Actualmente el precio del lapislázuli sigue siendo relativamente bajo. Aunque su adquisición sigue siendo costosa y realizándose su extracción con procedimientos similares a los usados hace 7.000 años. En Afganistán existe la frase que dice: “¿Quieres morir? Busca lapislázuli”. Al mismo tiempo que esta piedra sigue siendo una forma real de tocar la búsqueda espiritual de nuestros antepasados.
En la actualidad para comprar lapislázuli hay que tener en cuenta varios aspectos y así poder determinar su precio de mercado. Los más significativos son su color, y las inclusiones de calcita o piritia que pueda tener, además de su origen, tamaño y autenticidad. A continuación paso a detallar cada uno de estos aspectos, así como destacar las imitaciones o mejoras más frecuentes.
Color. El propio nombre de la piedra “lapislázuli” recoge la raíz persa "lazhward", que pasó al árabe y posteriormente al latín con el significado de “azul”. El lapislázuli tiene un intenso color azul con inclusiones doradas de pirita. Las inclusiones de pirita deben de ser pequeñas. Una piedra altamente valorable debe de tener muy pocas inclusiones doradas de pirita o blancas de calcita. El color azul se lo da la lazurita. Mientras que la pirita resulta de las concentraciones de acero. En ocasiones hay países que generan lapislázuli con tonos más violeta o verdosos según las proporciones de composiciones de elementos en esta piedra, aunque los elementos base sean los mismos.
Orígen. El lapislázuli de Afganistán es considerado es el más valorado, ya que tiene pocas inclusiones de pirita y pocas inclusiones de calcita o líneas blancas. Como es sabido, cuanto mayor sean las inclusiones blancas de calcita, más asequible será la piedra. En Afganistán hay grandes depósitos de gran calidad. Con calidad solo un poco menor están las minas de Chile, Rusia (Siberia), Estados Unidos, Burma y Canadà. Otros países como Rusia (otras regiones), Italia, Mongolia y Pakistán también cuentan con minas, pero de menor tamaño.
Mejora artificial. Es común encontrar en el mercado lapislázuli que ha sido teñido mediante tecnología moderna para eliminar su aspecto excesivamente blanco. Por ejemplo, un porcentaje alto del lapislázuli procedente de China ha sufrido este proceso que sin embargo con el tiempo recobra su aspecto original más blanco. Otros procesos usados son mediante cera o impregnación en resina. Ofreciendo así lapislázuli de color azul intenso a unos precios inferiores a los de mercado.
Imitaciones. En el mercado se encuentran también imitaciones hechas con vidrio o plástico de diferentes tipos y que incluso en ocasiones son vendidas a precio de lapislázuli auténtico. No son productos nocivos para la salud, pero el comprador debe de estar atento y sospechar de su precio. En ocasiones el “jaspe” es teñido y vendido como lapislázuli, aunque este no tenga el dorado propio de la pirita. Es recomendable comprar esta piedra a un vendedor de confianza experto en lapislázuli.
Una vez analizados los factores que hacen oscilar el precio, y los distintos precios históricos, para los más amantes de los números comentar que el precio por kilo del lapislázuli afgano de primera calidad puede oscilar los 300 euros por kilo. Y habiendo variaciones también por los diferentes márgenes comerciales y el tallado de la piedra.
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