No hay nada mejor para diferenciarte de tu competencia que tener una personalidad de marca bien definida. Que tu audiencia o público te identifique -además de por un producto o servicio- por unos valores y filosofía o manera de hacer las cosas te ayudará a posicionarte en tu nincho de mercado.
Está claro que el cliente de hoy en día quiere algo más a la hora de tomar una decisión de compra. Desea identificarse con tus valores y sentir que vé el mundo desde un prisma parecido al tuyo. Pongamos un ejemplo… ¿Verdad que los botines Vialis no son los mismos que unos Jimmy Choo? ¿Cuáles te comprarías si el dinero no fuera un problema? ¿Sabes qué tipo de marca representa cada uno de ellos? Vialis yo lo asocio a: frescura, modernidad, diseño. Jimmy Choo: sofisticación, feminidad, lujo. En mi caso me identifico más con el primero y es porque su personalidad de marca va más con la mía, así de fácil.
Es verdad que estas marcas son sobradamente conocidas como para saber qué personalidad tiene cada una. Sin embargo la de tu empresa se va forjando a partir de las acciones comunicativas que realizas y cómo no, un evento puede ser la perfecta demostración de la puesta en escena de la personalidad de tu marca.
La participación en un evento ofrece a tus clientes la oportunidad única de interactuar con tu producto/solución y poder hacerse una idea de primera mano del producto, la perspectiva y personalidad de la empresa. A la gente le gusta tener contacto, -sobre todo si tu negocio está basado en el ecommerce- y hacerse su propia impresión de tu servicio, producto, personalidad y filosofía de empresa. Porque por mucho que tu creas que eres guai de nada sirve si solo lo crees tú ¿no crees?
Para ser único no basta con enunciarlo. Uno NO es lo que dice, es lo que hace. Así que tu personalidad está intrínsicamente relacionada con tus acciones.
Crear una experiencia es la oportunidad perfecta para destacar sobre el resto de tu competencia porque tienes en tus manos la ocasión perfecta para conectar con tu cliente, para comprenderlo con sus problemas y para empatizar con éste en busca de soluciones y para esto no hay nada mejor que aplicar el método que yo llamo “la fórmula de las tres íes”. Porque si consigues implementar estas 3 acciones a la perfección en tu evento ya puedes dejar de preocuparte por tu competencia y hasta entonarle un arrivederci cara (hasta luego querida)!
IMPACTAR: Buscamos el impacto por encima de todo, la sorpresa, ofrecer algo inesperado, hasta algo que pueda llegar a descuadrar a tu cliente. Buscamos crear la anécdota que contará tu cliente en su próxima cena. ¿Cómo podrías sorprenderlo?
INVOLUCRAR: Un encuentro es el momento para que tus futuros clientes interactúen con tus productos. Puedes inventarte un taller, una actividad o una demo pero se trata de que jueguen con tus soluciones de una manera activa que las conozcan que las prueben, que se ensucien las manos con estas.
INSPIRAR: La inspiración llega cuando estás relajado o cuando lo estás pasando bien. Esta es una acción subjetiva ligada con la emotividad y la creatividad. Normalmente cuando experimentamos con algo que es nuevo a nuestros ojos lo relacionamos con aquello con lo que nosotros habitualmente nos es conocido y creamos nuevos usas nuevas posibilidades.
Que tu cliente se vaya sorprendido, con la satisfacción de haber formado parte del evento activamente y que tenga la sensación que ha sido una experiencia inspiradora que le ayudará en aquellas tareas que debe hacer frente, no es hacer magia, es crear relaciones con tus clientes a largo plazo…
¿Quieres saber más? Pues sigue leyendo…
RECUERDA: este es un extracto de mi curso Event Marketing para Marcas con Personalidad, EMMP para los amigos. En este trato con más profundidad cómo crear eventos rentables que marquen la diferencia en tu sector. Aquí está TODA la info. ¡Me encantará verte dentro y contarte todo lo que sé!
Gemma | MYEVENTCONCEPT
Desde hace 9 años, Event Planner & Designer y experta en comunicación corporativa estratégica. Mi objetivo es ayudar a pequeñas empresas y particulares a organizar eventos únicos y con valor añadido, es decir: únicamente aquellos que merecen ser recordados y que te diferenciarán del resto.