Las afirmaciones positivas no funcionan (o por qué soñar no es suficiente)

Por Valedeoro @valedeoro

Hace unos meses experimenté con una serie de afirmaciones positivas en mi móvil. En su día me pareció una buena idea para mantener la motivación y recordarme de mis metas. Cómo no vi gran diferencia, empezé a investigar el tema. Unos libros y estudios de neuro-ciencia más tarde, he cambiado de idea.

El cambio requiere más que unas afirmaciones positivas

La idea detrás de las afirmaciones positivas es simple: repitiendo lo que deseas, se hará realidad. Suena bien en teoría: ya está más que demostrado que el cerebro es muy flexible y puede cambiar sus conexiones neuronales independiente de tu edad. El problema está en que, en la duda, tu cerebro prefiere no hacer estos cambios.

Además, tu cerebro te conoce bastante bien, y no se deja engañar tan fácilmente. Por ejemplo, te das cuenta cuando alguien te elogia demasiado (y sospechas de que algo querrá). De la misma forma detectas cuando intentas engañarte a ti misma. No cambiarás de comportamiento ni de autoestima solo por mentirte en el espejo.

Acéptalo: Si no te crees tus propias afirmaciones positivas, te estás mintiendo. Y si intuyes que es una mentira, por mucho que la repitas, no se convertirá en una realidad. A cada repetición tu subconsciente se rebela y refuerza justamente lo contrario a tu afirmación: mientras le dices a tu espejo “soy una persona de éxito”, tu cerebro lo comenta con un sarcástico “parece que eres la única que lo piensa”.

Las afirmaciones positivas funcionan… si no las necesitas

Aunque hay un sinfín de libros y artículos sobre el tema de las afirmaciones positivas, pocos autores apoyan sus ideas con investigaciones científicas. En su mayor parte, se basan en anécdotas son anecdóticas y experiencias propias (como mi propio artículo sobre el tema). ¡Ojo! Sólo porque algo me ha funcionado a mi, eso no significa que debería recomendarlo a todo el mundo, indiscriminadamente.

Resulta que las afirmaciones positivas solo funcionan si eres una persona positiva y tienes una autoestima robusta. Si una persona con mucha confianza en si misma dice “yo puedo”, se lo cree y pasa a la acción (o no, como ahora verás). Si una persona que duda de si misma dice “yo puedo”, no se lo cree. Y por mucho que te gustaría creer que puedes, no es algo que puedas forzar. Primero, tienes que demostrarte que puedes.

La (in)diferencia entre realidad e imaginación

Aunque tu autoestima sea sana y robusta, las afirmaciones positivas pueden constituir una barrera para ti: Tu cerebro no sabe diferenciar muy bien entre lo que es real y lo que es imaginario. Es la razón por la que tu pulso se acelera cuando tienes una pesadilla y tu nivel de estrés sube al imaginar tu próxima entrevista. Tu cuerpo reacciona como si tu imaginación fuera la realidad.

Este es el riesgo para personas con autoestima alta: es posible que acabes convencida de que ya has conseguido tu meta y que por ello no hace falta que sigas avanzando. Si ya eres sano y activo, no hace falta que vayas al gimnasio hoy, por mucho que tus análisis de sangre quizás te quisieran insinuar lo contrario. La afirmación positiva se ha convertido en un freno muy potente.

Afirmar, planificar, actuar

Después de todo lo que he investigado en las últimas semanas, he llegado a la conclusión de que las afirmaciones positivas no sirven, o por lo menos no sirven como se están promoviendo en muchos ámbitos de desarrollo personal. No es suficiente repetir una y otra vez lo que quieres conseguir, especialmente si no te lo crees ni tu misma.

Es importante tener objetivos. También es importante que sepas que puedes llegar a realizar estos objetivos. Y es más importante que hagas algo para intentar llegar a ellos y convertirlas en realidad. Las afirmaciones positivas no son suficiente, y en el peor de los casos te pueden hasta quitar las ganas de seguir avanzando.

Afirma lo que quieres conseguir y entonces haz un plan de acciones. No te detienes pensando que ahora el universo proveerá. Es tu responsabilidad de poner las piezas en su sitio, de preparar todo para que las cosas puedan suceder. Puedes esperar que se invente el teletransporte, o puedes empezar tu camino por ti misma. A lo mejor encuentras a alguien que te puede llevar una parte de tu trayecto, algo que no sucederá si sigues esperando en el sofá de tu casa.

No quiero que esperes más, quiero que pases a la acción! ¿Qué paso, por pequeño que sea, puedes dar hoy para estar un poco mas cerca de lo que quieres conseguir?