Las altas temperaturas afectan a los medicamentos y dispositivos usados por los diabéticos

Por Fat
Con la subida de las temperaturas los diabéticos se enfrentan a "algunos problemas relacionados con un mayor riesgo de sufrir deshidratación y la posibilidad que los medicamentos y dispositivos se deterioren", según destaca el endocrinólogo de la Clínica Mayo, Curtiss Cook, y la especialista del departamento de Medicina Interna del citado centro, Adrienne Nassar. Asimismo, un estudio realizado por ambos profesionales sanitarios en el año 2010 desveló que los diabéticos necesitan aprender más sobre cómo vencer el calor y tomar precauciones cuando suben las temperaturas y aumenta el nivel de humedad. El estudio descubrió que en muchos casos los pacientes diabéticos esperaban demasiado tiempo antes de tomar medidas para protegerse a sí mismos del calor, esperando generalmente hasta llegar a los 37 grados. De hecho, sólo el 39 por ciento de los encuestados tenía conciencia de que el calor afecta a la eficacia de los medicamentos y a los dispositivos para controlar la glucosa. Además, más de un tercio de los pacientes dejaba en casa sus medicamentos y el equipo básico para la diabetes para no exponerlos al calor, y no contaban con los medios necesarios para revisarse el azúcar sanguíneo ni tomar medicamentos en caso necesario. "Los diabéticos que viven en climas calurosos deben ser más conscientes de que el calor afecta a la forma de controlar su enfermedad y que no se debe esperar hasta que la temperatura sea alta para tomar precauciones", advierte Nassar. En este sentido, los profesionales de la Clínica Mayo recomiendan a los pacientes diabéticos revisar con frecuencia los niveles de azúcar durante todo el día, especialmente al hacer ejercicio, porque el azúcar sanguíneo podría fluctuar. Además, en caso de salir de viaje, deben transportar las provisiones y medicamentos para la diabetes dentro de una bolsa aislada y protegida por paquetes de hielo, aunque evitando que se congelen. También deben vigilar cualquier señal de un posible golpe de calor, como mareo, desmayo o excesiva sudoración, así como mantenerse bien hidratado y evitar consumir bebidas alcohólicas o con cafeína que pueden contribuir a la deshidratación.