La aplicación de este aceite es un remedio casero muy efectivo para los dolores musculares y articulares. Es usado, (truquitos de las abuelas), en las zonas donde se hayan producido contracturas, esguinces o torceduras, torticolis y dolores cervicales.
También es efectivo para rebajar la hinchazón en golpes, contusiones y en las varices de las piernas.
Después de un día estresante y agotador, nada mejor que buen masaje con aceite de romero. Para aquellos que no sean muy amigos de la textura en aceite, pueden utilizar alcohol de romero, y a puestos a elegir, si es casero, es decir hecho por vosotros mismos, mejor que mejor.
Las inhalaciones del vaho del alcohol de romero (con precaución) también sirven para combatir los dolores de cabeza o jaquecas y además son muy relajantes. (Otro truquito consiste en poner unas gotas de alcohol de romero en la almohada antes de ir a dormir. Su aroma os puede ayudar a conciliar el sueño). Pero solo hay un pero….. el aceite y/o alcohol de romero está contraindicado durante el embarazo y la lactancia.
Para preparar aceite de romero en casa tenéis que cortar un gran puñado de hojas de romero frescos y las tenéis que poner en maceración con medio litro de aceite a poder ser de oliva o alcohol de 70 grados, durante como mínimo cuatro días, aunque es preferible dejarlo reposar durante una semana en un frasco bien tapado (mejor si le da el sol). Se pueden ir estrujando las hojas de romero para aumentar sus propiedades benéficas. Una vez pasado el tiempo, se cuela y se guarda en un lugar seco y fresco y se utiliza para masajear las zonas afectadas o a tratar. Voilá!!! Ya me explicaréis los resultados.
Ah.. casi se me olvidaba!!! El romero también es un excelente ambientador para el hogar, ideal para purificar el ambiente. Como dice el refrán: “Romerito, romerito, que se marche lo malo y ve venga lo bueno”.
Besos desde mi blog!!!
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