“Al rojo vivo”, el magacín de los domingos, descubre como la alcaldesa de Mala prefiriere defender su imagen y limpiarles la cara a sus funcionarios, antes que defender la salud de su pueblo
Conmocionado. Así se encuentra el pueblo de Mala – luego que su alcaldesa Sonia Ramos Ruiz – demostrara no estar a la talla para afrontar la emergencia sanitaria por el coronavirus.
Sus funcionarios no solo le han hecho temblar la mano. Ahora la comprometen en una grave de denuncia. A pesar de lo registrado con la empresa Chisal S.R.L en los distritos de Imperial y Nuevo Imperial, los hombres de confianza de la autoridad edil, prefirieron hacerse de la vista gorda y sorprendiendo a propios y extraños – prefirieron contar con los servicios de la discutida sociedad, hoy en la mira de la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Cañete por una presunta adulteración de las canastas de víveres adquiridas por la comuna maleña, tirando al suelo lo expresado días atrás por el gerente municipal José Manuel Villarán Valdivia, el haber sido felicitados por la Contraloría debido a la limpieza y transparencia en el proceso de la elaboración de las canastas para ser distribuidas entre las familias vulnerables del norteño distrito cañetano.La inopinada intervención del Ministerio Publico – permitió constatar que muchas de las canastas abiertas, contenían productos vencidos, originando que los funcionarios ediles, prefirieran guardar silencio.Tras 48 horas de reservada ausencia – Sonia Ramos Ruiz – reapareció y muy a su estilo, trato de convencer a la opinión pública, que todo había sido sobredimensionado, tratando de minimizar el trabajo del Ministerio Público, el mismo que ha aperturado una investigación preliminar – tras los hechos constatados.En una premiosa defensa – la primera autoridad vecinal de Mala – simplemente atinó a decir que todo esto, es consecuencia de una serie de ataques de personajes que le tienen animadversión y quieren desprestigiar su labor y lo avanzado por su gestión.