La mayoría de los afectados por la enfermedad de Kawasaki son niños de Japón y Estados Unidos. De hecho en este país es la principal causa de cardiopatía en menores de 5 años del sexo masculino.
Se desconocen las causas exactas de la enfermedad de Kawasaki, aunque se cree que puede ser un trastorno autoinmunitario que afecta las mucosas, los ganglios linfáticos y las paredes de los vasos sanguíneos y el corazón. Puede causar especialmente inflamación de las arterias coronarias, lo que lleva a probables aneurismas.
Uno de los principales síntomas de la enfermedad de Kawasaki es la fiebre alta por lo menos durante 5 días y que no remite con dosis normales de paracetamol. También son habituales los ojos inyectados en sangre, los labios rojos brillantes, las membranas mucosas rojas en la boca, las manos y pies hinchados y las erupciones cutáneas en la parte media del cuerpo, entre otros síntomas. Los pacientes incluso pueden sufrir irritabilidad, diarreas, vómitos y tos.
El diagnóstico de la enfermedad de Kawasaki no es fácil porque no existen pruebas específicas para ello. Se hace partiendo los síntomas clásicos de la enfermedad y haciendo algunos exámenes complementarios como analíticas de albúmina y transaminasas en suero, radiografías de tórax, ecocardiogramas y electrocardiogramas.
Si el diagnóstico de enfermedad de Kawasaki es positivo hay que ingresar al niño para iniciar inmediatamente su tratamiento y evitar que se dañen más las arterias y el corazón. Habitualmente se recurre a altas dosis de gammaglobulina intravenosa administrada junto con aspirina para lograrlo. Las expectativas de recuperación total son muy altas cuando se coge a tiempo la enfermedad. Quienes han sufrido esta enfermedad deben someterse a revisiones de corazón cada dos años para controlar prosibles complicaciones.