La acción del hombre puede aumentar su frecuencia y también su intensidad. Su amenaza es mayor a medida que la población se desplaza a áreas más vulnerables.
Las Naciones Unidas califican cómo una gran catástrofe cuando el desastre excede la capacidad de autoayuda de las regiones afectadas. Se pierden vidas humanas, hay numerosas pérdidas económicas y cambios permanentes en la morfología terrestre.
Es preocupante conocer un análisis a largo plazo en el que en los años 50 se registraron, de media, dos grandes catástrofes al año, y desde el año 2000 esa cifra se ha elevado a 7.
El tsunami ocurrido en el Océano Indico en el año 2004 modificó, ligeramente, el eje de la tierra. Aceleró su rotación, ahora el día es tres microsegundos mas corto.