Las cinco heridas que impiden ser uno mismo (I): Rechazo

Por Ipiera68 @Iciar_Piera

Hace unos días una persona que lee este blog me habló de un libro: "Las cinco heridas que impiden ser uno mismo " de Lise Bourbeau. No lo conocía pero me ha resultado interesante y he decidido compartirlo en este blog, así que escribiré cinco entradas sobre estas cinco heridas que son: rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia. Espero que os resulte interesante. :)

Después de la alegría de ser él mismo en la primera etapa de su existencia, el niño conoce el dolor de no tener el derecho de serlo, que es la segunda. Llega enseguida el período de crisis, de rebeldía, que es la tercera. Con objeto de reducir el dolor, el niño se resigna y termina por crearse una nueva personalidad para transformarse en lo que los demás quieren que sea. Algunas persona permanecen estancadas en la tercera etapa durante toda su vida, es decir, reaccionan continuamente, están enojados o en permanente situación de crisis. En la tercera y cuarta etapa es cuando creamos numerosas máscaras (nuevas personalidades) que sirven para protegerse del sufrimiento que vivimos en el transcurso de la segunda. Estas nuevas personalidades o "defensas" son cinco, y corresponden también a cinco grandes heridas fundamentales que vive el ser humano. Estas heridas son según van apareciendo en el transcurso de la vida: rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia.

La importancia de la máscara se crea en función de la profundidad de la herida; una máscara representa a un tipo de persona con un carácter que le es propio, ya que según la máscara creada se desarrollan determinadas creencias que influyen en la actitud interior y en el comportamiento de la persona. Cuanto más profunda sea la herida, con más frecuencia sufrirás, y esto te obligará a llevar puesta tu máscara más a menudo.

Solo nos ponemos la máscara cuando deseamos protegernos. Cada una de las heridas se corresponde con una máscara.

HERIDA MÁSCARA

Rechazo Huidizo

Abandono Dependiente

Humillación Masoquista (emocional/mental)

Traición Controlador

Injusticia Rígido

1) RECHAZO (Máscara del huidizo)

Para muchas personas resulta difícil distinguir entre rechazar y abandonar. Abandonar a alguien quiere decir distanciarse de esa persona por algo o por alguien más, mientras que rechazar a alguien significa rehusarla, no desear tenerla cerca o no desear tenerla en la vida. Quien rechaza utiliza la expresión "No quiero", mientras que quien abandona recurre al "No puedo".

Es rechazo es una herida muy profunda, ya que quien la sufre se siente rechazado en su interior y, sobretodo, siente rechazo con respecto a su derecho de existir. De las cinco heridas esta es la que primero se manifiesta. El alma que regresa a la Tierra con la finalidad de reparar esta herida vive el rechazo desde el nacimiento, y para muchos está presente desde antes de nacer.

Desde el instante en el que el bebé comienza a sentirse rechazado, empieza a crear la máscara de huida. Esto puede empezar en el útero materno. La primera reacción de la persona que se siente rechazada es huir . Si un niño se siente rechazado vivirá con frecuencia en un mundo imaginario; por ello será un niño que no causará problemas ni hará ruido. Este niño se divierte solo en un mundo imaginario y se construye castillos en el aire. Es también un niño que inventa diferentes formas de huir de casa.

La persona huidiza prefiere no apegarse a las cosas materiales, pues estas le impedirían huir a sus anchas. Se pregunta que hace en este mundo y le resulta difícil creer que aquí podría ser feliz. Le resulta atractivo todo aquello relacionado con la espiritualidad y el mundo intelectual.

Su desapego por las cosas materiales conlleva ciertas dificultades en su vida sexual, pues puede llegar a pensar que la sexualidad interfiere con la espiritualidad. A las personas huidizas les resulta difícil pensar que necesitan la sexualidad como cualquier otro ser humano; muchas veces incurren en situaciones en las que son objeto de rechazo sexual por parte de su pareja o ellas mismas evitan su sexualidad.

La herida de rechazo radica en el progenitor del mismo sexo.

El progenitor del mismo sexo desempeña la función de enseñarnos a amar, a amarnos y a darnos amor. El progenitor del sexo opuesto nos enseña a dejarnos amar y a recibir amor.

La persona huidiza se anula, se infravalora; debido a todo ello, necesita a toda costa ser perfecto y obtener reconocimiento ante sus propios ojos y ante los demás. Otra palabra recurrente de las persona huidiza es " nada": "Se que no valgo nada, que los demás son más interesantes que yo", "Poco importa lo que haga, no vale para nada", "Haz lo que quieras, a mi no me importa para nada". La palabra " inexistente " también forma parte de la persona huidiza. Otra palabra común es "desaparecer".

La personas huidiza prefiere la soledad , pues si recibe mucha atención teme no saber qué hacer. En familia y en cualquier otro grupo, desaparece. En general los niños huidizos tienen pocos amigos en la escuela, y lo mismo ocurrirá más adelante cuando trabaje. Se le considera solitario y se le deja solo. Cuanto más te aislas, más invisible parece volverse; de esta forma entra en un círculo vicioso: se coloca su máscara de huidizo para no sufrir cuando se siente rechazado y se aleja de la gente de tal manera que se vuelve imperceptible. Cada vez se encuentra más solo y cada vez se da a sí mismo más motivos para sentirse rechazado. La persona huidiza por lo general habla poco.

La persona huidiza suele padecer problemas cutáneos, para evitar que los demás la toquen; al ser la piel un órgano de contacto, su aspecto puede ser atractivo o repugnante. Esta herida de rechazo hace que la persona que la padece crea que si habita sólo en su propio mundo, no tendrá que sufrir más el rechazo de los demás ni el rechazo de sí misma. Por eso, cuando se encuentra en un grupo, prefiere no participar y eclipsarse, ocultarse tras su caparazón.

Como ya mencioné, la persona huidiza no se siente aceptada ni acogida por el progenitor del mismo sexo, lo que no supone necesariamente que éste lo haya rechazado, sino que es él mismo el que se siente rechazado. Quien sufre rechazo busca incesantemente el amor del progenitor de su mismo sexo, y en ocasiones proyecta la búsqueda hacia otras personas del mismo sexo también. No se percibe como completo porque no ha conquistado el amor del progenitor en cuestión, y es muy sensible al mínimo comentario que proceda de él; se siente fácilmente rechazado. Con el tiempo, puede volverse rencoroso, y en ocasiones llegar al odio, porque su sufrimiento es verdaderamente intenso. Recuerda que odiar exige mucho amor. Un gran amor que se vive con desilusión se transforma en odio.

Si te ves con la herida de rechazo, es muy importante aceptar que, aun si tu progenitor realmente te rechaza, es tu herida que no ha sanado la que en realidad atrae hacia ti a este tipo de progenitor y este tipo de situaciones. Si continúas creyendo que todo lo que te sucede es culpa de los demás, nunca podrás sanar esta herida. A raíz de tu reacción hacia tus padres, te sientes fácilmente rechazado por las personas de tu mismo sexo y temes rechazar a las personas del sexo opuesto.

Cuanto más se rechaza la persona huidiza a sí misma, mayor temor tendrá de que lo rechacen los demás. Incluso le es dificil creer que alguien más pueda elegirlo como amigo, como pareja, o que las personas realmente puedan amarle. Por consiguiente el huidizo vive en la ambivalencia. Cuando es elegido, no lo puede creer y se rechaza a sí mismo, y en ocasiones llega incluso a sabotear la relación. Sin embargo, cuando no es elegido, se siente rechazado por los otros. Es un círculo vicioso.

No es raro que el huidizo diga o piense que sus palabras carecen de valor. Cuando alguien le quita la palabra su reacción es pensar que ocurrió porque no es importante y se calla.

Otra característica del huidizo es la de buscar la perfección en todo lo que hace, ya que considera que si comete algún error será juzgado por ello. Para él, ser juzgado equivale a ser rechazado. Como no cree en la perfección de su ser, lo compensa intentando alcanzar la perfección en todo lo que hace. Por desgracia, confunde el "ser" con el "hacer".

El pánico es el mayor temor del huidizo. Tan pronto piensa que puede sentir pánico en una situación, su primera reacción será salvarse, ocultarse o huir. Prefiere desaparecer porque sabe que en el momento en que entre en estado de pánico se paralizará. También imagina que al huir evitará una desgracia.

Nuestro ego hace lo posible para que no percibamos nuestras heridas. ¿Por qué? Porque inconscientemente le hemos ordenado que lo haga . Es tal nuestro miedo a revivir el dolor asociado a cada herida, que por cualquier medio evitamos confesarnos a nosotros mismos que si vivimos el rechazo es precisamente porque nosotros mismos nos rechazamos.

Quienes nos rechazan están en nuestra vida para mostrarnos hasta qué punto nos rechazamos a nosotros mismos.

Es interesante observar que nuestras heridas también afectan a la manera en que nos alimentamos. Entre los tipos mencionados, el huidizo es el que más predisposición tiene a sufrir anorexia. Esta es su forma de intentar desaparecer. Cuando siente mucho temor, el huidizo prefiere lo azucarado.

Nuestras heridas nos impiden ser nosotros mismos, pues crean un bloqueo y acaban por provocarnos enfermedades; cada tipo de personalidad atrae enfermedades y malestares específicos en función de su actitud interior. Algunos de los que pueden manifestarse en la persona huidiza son:

  • Sufre frecuentemente diarreas, ya que rechaza los alimentos.
  • Puede padecer arritmias
  • Cáncer al no admitir su resentimiento ante el progenitor de su mismo sexo
  • Problemas respiratorios, alergias
  • Sufrir desmayos
  • Agorafobia

Si has reconocido en ti la herida de rechazo, es más que probable que tu progenitor de tu mismo sexo, a su vez, se haya sentido rechazado por su propio progenitor del mismo sexo. Además, es muy posible también que se sienta rechazado por ti.

Recuerda que el origen de cualquier herida proviene de la incapacidad de perdonar lo que nos hacemos o lo que los demás nos ha hecho. Por lo general, nos resulta difícil perdonarnos porque somos incapaces de comprender por qué tenemos resentimientos.

La vergüenza es otra forma de tomar conciencia de que nos rechazamos o rechazamos a otros; en efecto, vivimos un sentimiento de vergüenza cuando queremos ocultanos u ocultar un comportamiento.

Los comportamientos propios del huidizo son dictados por el temor a revivir la herida de rechazo. Sin embargo, es probable que te reconozcas en algunas conductas y no en todas las que he descrito.

Este capítulo tiene como finalidad ayudarte a tomar consciencia de la herida de rechazo. Si identificas esta herida en otros no intentes cambiarlos. Mejor utiliza lo que ahora conoces para ser más compasivo con ellos, para comprender mejor su actitud.

Características de la herida de rechazo:

Surgimiento de la herida: de la concepción al primer año de vida. No sentir el derecho a existir.

Progenitor: del mismo sexo.

Cuerpo: contraído, angosto, delgado o fragmentado.

Ojos: pequeños, atemorizados o con la impresión de llevar un antifaz (ojeras).

Vocabulario: "nulo", "nulidad", "nada", "inexistente", "desaparecer".

Carácter: desapego a lo material, perfeccionista, intelectual. Pasa por las fases de gran amor a fases de odio profundo. No cree en su derecho a existir. Tiene dificultades sexuales. Se cree inexistente, carente de valor. Procura la soledad. Se contrae. Tiene la capacidad de hacerse invisible. Busca diferentes medios para huir. Se deslinda del mundo. Se siente incomprendido. Tiene dificultades para dejar vivir a su niño interno.

Alimentación:pérdida de apetito por las emociones o el temor. Ingiere porciones pequeñas. Para huir, consume azúcar, alcohol o drogas. Tiene predisposición a la anorexia.

Enfermedades posibles: cutáneas, diarrea, arritmia, cáncer, problemas respiratorios, alergia, vómitos, desmayos, estado de coma, hipoglucemia, diabetes, depresión suicida, psicosis.

*** Las cinco heridas que impiden ser uno mismo, Lise Bourbeau

Bueno, esta entrada se ha alargado un poco pero espero que os haya resultado interesante. ¿Os reconocéis en esta máscara? En la siguiente entrada seguiremos con la segunda herida: abandono.

Estoy estudiando de que manera podría trabajar esto desde el Código de la Emoción. Os mantendré informados . :) ;)

Ya para terminar hoy quiero compartir una series de películas que te ayudarán a ampliar tu mente. Las puedes ver en este link: 6 películas que ampliarán tu mente y te harán cuestionarte la realidad y la vida.

***Recordaros que hacemos sesiones de liberación emocional, de liberación del cuerpo-dolor, también en los niños y adolescentes y que estos suelen reaccionar muy bien a esta herramienta.

***Recordaros que en mayo seguiremos de momento con nuestras promociones: Promoción Año Nuevo de Bienestar Emocional y Promoción de Liberación de El Muro del Corazón