Las cinco heridas que impiden ser uno mismo (II): Abandono

Por Ipiera68 @Iciar_Piera

Parece que la última entrada ha gustado así que seguimos compartiendo las cinco heridas que impiden ser uno mismo. En este caso le toca el turno a la herida de Abandono cuya máscara es dependiente .

Algunos me habéis preguntado así que os comento, SI hay forma de contribuir y apoyar económicamente este blog y su trabajo de difusión de herramientas de liberación emocional . Si lo que has leído te ha ayudado y sientes el apoyar este espacio con cualquier importe económico puedes hacerlo a través de la plataforma de pago seguro paypal. Puedes hacer clic aquí: apoyar este espacio, y añadir el importe con el que quieras ayudar. Cualquier importe será bienvenido. Si prefieres el método habitual de transferencia bancaria, házmelo saber y te envío la cuenta donde podrás hacer tu donativo. Muchas gracias a todos. <3 <3

2) ABANDONO (Máscara del dependiente)

Abandonar a alguien es apartarse de él, dejarlo, no desear tener que ver con él. Muchas personas confunden el rechazo con el abandono. Examinemos juntos la diferencia: si uno de los miembros de una pareja, por ejemplo, decide rechazar al otro, lo repele para no tenerle junto a sí; sin embargo, si decide abandonarlo, se aleja, para distanciarse temporal o definitivamente.

La herida que se vive en el caso del abandono se sitúa, además, en el plano del tener y el hacer, y no en el del ser, como sucede con la herida del rechazo.

Muchas personas que sufren la herida de abandono sufrieron de pequeñas una profunda falta de comunicación con el progenitor sel sexo opuesto . Para ellos, este progenitor era demasiado reservado, y aun cuando deseaban que se hiciera cargo de ellos, estaban convencidos de que no le interesaban.

De acuerdo con mis observaciones, la herida del abandono se vive con el progenitor del sexo opuesto. He observado que la personas que sufre de abandono también suele sufrir de rechazo. Al profundizar aún más en este estudio de caracteres, podrás comprobar que la mayoría de las personas tienen varias heridas, aunque no todas expresan el mismo grado de dolor.

Quienes sufren abandono consideran que no son queridos. Esta herida suele comenzar antes de los dos años de edad. La máscara que se crea el humano para intentar ocultar su herida es la del dependiente.

El dependiente cree que no puede lograr nada por sí mismo, y por tanto, tiene necesidad de alguien más como sustento. Su cuerpo refleja esta necesidad de apoyo. Es fácil ver en esta persona al niño pequeño que necesita ayuda.

Los ojos tristes y grandes también apuntan a la herida de abandono.

De los cinco tipos, el dependiente es el más propenso a convertirse en víctima. Existen grandes posibilidades de que uno de sus padres, o incluso ambos, también lo sean. Una víctima es una persona que crea todo tipo de problemas en su vida, pero especialmente problemas de salud para llamar la atención. Esto responde a las necesidades del dependiente, que cree que nunca recibe suficiente atención. Cuando parece desear llamar la atención por diversos medios, lo que está intentado en realidad es sentirse lo suficientemente importante como para recibir apoyo. Considera que si no logra llamar la atención de otra persona, no podrá contar con ella.

El dependiente es una persona que dramatiza mucho : el más mínimo incidente adquiere proporciones gigantescas. Al ver a una persona que se comporta como víctima, uno se preguntaría cómo se las arregla para ocasionarse tantos problemas. Sin embargo, el dependiente no considera que lo que vive sean problemas, ya que estas situaciones le aportan, antes bien, el beneficio de tener atención, lo que le evita sentirse abandonado. Para este tipo de persona, sentirse abandonada es más doloroso que vivir los múltiples problemas que atrae a su vida.

También he podido comprobar que a la víctima le suele gustar el papel de salvador . Por ejemplo, el dependiente cumple el papel de padre ante sus hermanos o intenta salvar de determinado dificultad a quien ama; estos son medios sutiles para recibir atención. Cuando el dependiente hace muchas cosas por otra persona, su objetivo es que lo halaguen, pues esto último lo hace sentirse importante. Pero esta actitud suele provocar malestares en la espalda, ya que carga sobre sí responsabilidades que no le corresponden.

El dependiente a menudo sufre altibajos. Durante algún tiempo se siente feliz y todo marcha bien, pero de pronto se siente malhumorado y triste. Incluso suele preguntarse por qué se siente así si no hay motivo aparente para ello. Si profundizara en el sentimiento, podría descubrir que es por temor a la soledad. Le suele constar tomar decisiones y antes de decidirse suele pedir la opinión o aprobación de los demás.

El dependiente puede parecer perezoso, aunque en realidad lo que ocurre es que no le agrada realizar actividades o trabajos físicos solo, pues necesita la presencia de otros para sentirse apoyado. Cuando hace algo por los demás, es con la intención de recibir afecto a cambio. Cuando recibe el afecto deseado al emprender una actividad agradable con alguien, el dependiente desea que dure. Y cuando la actividad termina, dirá: "Qué lástima que haya terminado". Percibe el final de cualquier cosa agradable como un abandono.

La persona dependiente que actúa como víctima, sobretodo en el caso de las mujeres, tiene a tener una voz infantil y a hacer muchas preguntas. Esto se observa cuando pide ayuda, siempre con dificultad para aceptar una negativa y con tendencia a insistir. Cuanto más sufre cuando se le dice "no", más se dispondrá a utilizar cualquier medio para obtener lo que desea, como la manipulación, el enfurecimiento, el chantaje...

El dependiente pide consejos aunque no necesariamente escucha lo que se le dice. A la larga hará lo que el mismo desea por que en realidad no está buscando ayuda sino apoyo.

La soledad es, efectivamente, el mayor temor del dependiente ya que está convencido de no poder soportarla . Está siempre alerta para realizar numerosas piruetas y ser amado; en una palabra, para que no lo abandonen. Está dispuesto a aguantar situaciones muy difíciles en lugar de ponerles fin.

La persona dependiente tiene una enorme capacidad para no ver el problema que vive en pareja. Prefiere creer que todo marcha bien porque tiene miedo a ser abandonada. Y cuando esto sucede sufre enormemente no lo esperaba.

El dependiente tiene problemas con la palabra "dejar" porque para él significa "abandonar".

La tristeza es la emoción más intensa que experimenta el dependiente. Constantemente siente esta tristeza en lo más profundo de su ser sin que pueda comprender o explicar de dónde proviene; para no sentirla, busca la presencia de otros. Sin embargo, es capaz de irse al extremo opuesto; es decir, de alejarse o apartarse de la persona o la circunstancia que le causa tristeza o ese sentimiento de soledad. En momentos de crisis puede llegar a pensar en el suicidio . Habla de ello pero sin consumarlo ya que en el fondo lo que busca es apoyo. Teme a toda forma de autoridad y por este motivo es cálido con los demás al punto de forzar dicha actitud.

El dependiente suele utilizar las palabras "ausente" o "solo". Llora fácilmente sobretodo cuando habla de sus problemas. Necesita la atención y presencia de otros, pero no es capaz de ver el número de ocasiones en que él no hizo por los demás lo que le pedían. A la persona dependiente también le resulta difícil no ser invitada a una reunión o a un encuentro, pese a que, lógicamente no habría ido. Experimenta entonces una gran tristeza, así como un sentimiento de abandono y de ser poco importante.

Cuando alguien muere, el dependiente vive un sentimiento de abandono.

Cuando el dependiente es capaz de detectar los problemas causados por su propia dependencia, experimenta en ese momento el deseo de ser independiente. Creerse independiente es una reacción muy común en las personas dependientes, quienes suelen decir a los demás hasta qué punto son independientes. Sin embargo, esto no hace más que acentuar y ocultar la herida del abandono, que no ha sanado .

En el plano sexual suele utilizar el sexo para apegarse a otra persona. De los cinco tipos, yo diría que la persona que teme ser abandonada es la que más gusta del sexo.

En el plano de la alimentación, el dependiente puede comer mucho sin subir de peso. Como su actitud interior general radica en nunca estar satisfecho , éste es también el mensaje que su cuerpo recibe cuando come, y su cuerpo reacciona no engordando. En el caso del dependiente la tendencia es a la bulimia.

En lo que se refiere a las enfermedades, el dependiente se distingue por haber sido un niño enfermizo, débil o endeble. Las siguientes son las diversas enfermedades que suelen padecer las personas que sufren la herida del abandono:

  • Asma, en el plano metafísico esta enfermedad indica que el que la padece acepta más de lo que debería.
  • Los problemas bronquiales son comunes ya que los bronquios guardan una relación metafísica con la familia.
  • Problemas de páncreas (hipoglucemia y diabetes)
  • Miopía, tiene relación con el miedo al futuro, a ver más allá, y a enfrentarlo solo.
  • Depresión pues no se sienten amados. Es una forma también de reclamar atención.
  • Migrañas porque se impide ser ella misma y bloquea su "yo soy".
  • Enfermedades raras que exigen una atención especial o enfermedades llamadas incurables.

Si te identificas con la herida del abandono, te recuerdo que la desencadenó tu progenitor del sexo opuesto y que continuará apareciendo con cualquier otra persona del sexo opuesto con la que te encuentres .

"Mientras sigamos teniendo resentimiento hacia un progenitor (aun cuando sea inconscientemente), nuestras relaciones con todas las demás personas del mismo sexo que ese progenitor serán difíciles."

Las mismas heridas se repiten de una a otra generación y así sucederá mientras no cese la rueda del karma, y con ello se aviven nuestras relaciones en el amor verdadero.

Recuerda que la causa principal de cualquier herida proviene de la incapacidad de la persona para perdonar lo que se ha hecho a sí misma o lo que ha hecho a los demás. Le es difícil perdonarse, ya que por lo general ella misma no desea que se le reproche. La herida del abandono es importante porque significa también que te has abandonado a ti mismo o que abandonas a los demás, las situaciones o los proyectos. Reprochamos a los otros todo lo que nos hacemos a nosotros mismos, así como lo que no deseamos ver. Esa es la razón por la que atraemos a nuestra vida a personas que nos muestran lo que hacemos a los demás o lo que nos hacemos a nosotros mismos.

Por todo ello es importante arreglar las cosas con nuestros padres, porque sólo así dejaremos de reproducir el mismo tipo de situación.

Las actitudes propias del dependiente se deben al temor a revivir la herida de abandono. Es casi imposible que una persona se reconozca en todos los aspectos mencionados. Cada una de las heridas tiene comportamientos y actitudes propias. Las formas de pensar, sentir, hablar y actuar correspondientes a cada herida indican una reacción a lo que sucede en su vida.

Este capítulo tiene como finalidad ayudarte a tomar consciencia de la herida de rechazo. Si identificas esta herida en otros no intentes cambiarlos. Mejor utiliza lo que ahora conoces para ser más compasivo con ellos, para comprender mejor su actitud.

Características de la herida de abandono

Surgimiento de la herida: entre el primero y el tercer año de vida. Carencia de muestras de afecto o del tipo deseado.

Progenitor: del sexo contrario.

Cuerpo: largo, delgado, sin tono muscular, piernas débiles, espalda encorvada, brazos en apariencia demasiado largos y pegados al cuerpo, zonas del cuerpo caídas o flácidas.

Ojos: grandes, tristes, con mirada que atrae.

Vocabulario: "ausente", "solo", "no soporto", "devoro", "no me sueltan".

Carácter: víctima. Necesidad de presencia, atención y sobretodo apoyo. Dificultad para hacer o decidir cualquier cosa por sí mismo. Pide consejos sin seguirlos necesariamente. Voz infantil. Dificultad para aceptar un "no". Tristeza, llanto fácil. Causa lástima. Una día está alegre y otro, triste. Se retrae físicamente de los demás. Mental. Le gusta tener espectadores. Busca la independencia. Le gusta el sexo.

Alimentación: buen apetito, bulimia, preferencia por alimentos blandos, come despacio.

Enfermedades posibles: lumbalgia, bronquitis, migrañas, hipoglucemia, agorafobia, diabetes, glándulas suprarrenales, miopía, histeria, depresión, enfermedades raras

*** Las cinco heridas que impiden ser uno mismo, Lise Bourbeau

Y para terminar hoy este entrada una película que habla del abandono y que espero que os guste. Es muy emotiva y llena de amor. Se titula: August Rush, El triunfo de un sueño . Os dejo el trailer de la película. Espero que os guste. :) <3

***Recordaros que hacemos sesiones de liberación emocional, de liberación del cuerpo-dolor, también en los niños y adolescentes y que estos suelen reaccionar muy bien a esta herramienta.

***Recordaros que en mayo seguiremos de momento con nuestras promociones: Promoción Año Nuevo de Bienestar Emocional y Promoción de Liberación de El Muro del Corazón