Mientras tanto, aquí algunos políticos, la derecha básicamente pero no sólo ellos, han apretado el botón del pánico. En Madrid la Junta Electoral -emanación del Tribunal Supremo- decide por 5 votos contra 4 que los manifestantes deberán desalojar las plazas mañana sábado, para respetar la "jornada de reflexión" previa a la jornada electoral; una verdadera collonada, como diría Josep Pla. Políticos del PP piden que se disuelva a los manifestantes a hostia limpia, a lo que Rubalcaba ha replicado con su sentatez acostumbrada que "la policía está para resolver problemas, y no para crearlos". Mientras, la Lady Macbeth madrileña -la que un día apuñalará a Rajoy para ceñirse su corona de líder de la derecha española-, declara que los manifestantes concentrados ante su palacio de gobierno deberían irse a protestar ante la sede del PSOE; ya le gustaría a ella, ya. Y en fin, los nacionalistas catalanes determinan en Twitter que estos manifestantes "no son de los nuestros", ya que lo que les preocupa son los problemas sociales en tanto el asunto del catalanismo en cualquiera de sus variantes no aparece por ningún lado en sus reivindicaciones.
Penosa la actitud de alguna izquierda, por cierto, intentando ponerse al frente de una manifestación que les ha tomado tan de sorpresa como a todos los demás. Por ahí sale IU intentando pescar en las aguas turbulentas que bajan por la Puerta del Sol y plaza Catalunya, entre otras decenas de lugares donde se agolpan los manifestantes. Hasta algún antiguo dirigente trostkysta ahora con plaza de cátedro saca pechito en la televisión pública, intentando convencernos de que estos vienen a darle la razón en sus visiones apocalíticas (muy atenuadas por los años y la cátedra, eso sí) sobre la lucha de clases en España; está claro que el pobre hombre sigue sin entender nada.
No se engañe nadie, esto de España no es la toma de la Bastilla, ni la Comuna de París ni Mayo del 68. Tampoco la plaza de Tahrir (da risa esta comparación, la verdad). Esto es sencillamente un acto de protesta de las clases medias mejor preparadas de la Historia de España, a las que se les se les está negando la posibilidad de ocupar los espacios de poder a los que creen tener derecho. En un país en el que cualquier mindundi puede pasar de la nada a la cima del dinero, la política o cualquier otra actividad simplemente con estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado, junto a la persona adecuada y haciendo lo adecuado ¿para qué quemarse las pestañas formándose, invirtiendo, acumulando experiencia? Esa es la queja esencial, y como verán ustedes tienen toda la razón.
En un país en el que el ascenso en la escala social lo determina inexorable la posibilidad de dar un pelotazo, el golpe de fortuna tramposa por antonomasia, ¿cómo no va a estar cabreada esta gente?.
En la fotografía que ilustra el post, propuestas contra el neoliberalismo económico colgadas por los concentrados en la Puerta del Sol.
PD esta tarde, sobre las 17h, he pasado por Pl. Catalunya. Enorme desilusión: allí habían apenas unas docenas de Kontratodo, esos "Pofesionales de la Nada" con extensiones rastas y mugre de semanas que venden camisetas y muñequeras "antisistema", y luego te los encuentras mendigando a la puerta del McDonalds de La Rambla; puro lumpen, vaya. Madrid, otra vez, nos lleva mucha delantera.