No hace falta pensar en cuál ha sido la noticia de la semana y la que quedará en nuestras retinas para siempre. La abdicación del Rey a favor de su hijo ha sido el acontecimiento que ha protagonizado portadas en todos los rincones del mundo.
Recordemos que después de una abdicación pactada con Jefe del Gobierno y el Jefe de la oposición, el ejecutivo ya ha aprobado el proyecto de Ley Orgánica y ya ha entrado en Cortes, ha sido calificada por la mesa del congreso, después la fase de presentación de enmiendas y luego será tramitada por lectura única. Una vez dados estos pasos, el proyecto pasará al Senado donde se llevará a cabo una tramitación idéntica a la del Congreso, quedando entonces aprobada la Ley sobre la abdicación, pero para que ésta entre en vigor, será el propio Juan Carlos I el que firme de su puño y letra la sanción y promulgación de dicha ley que se llevará a cabo en un acto solemne en el Palacio Real, y, tras su publicación en el BOE, entrará en vigor; hecho que, seguramente, coincidirá con la proclamación, que no coronación ni entronización, de Felipe VI en las Cortes Generales. Ceremonia que será muy diferente a la de hace 39 años, cuando Juan Carlos I tomó posesión del nuevo cargo y lo hizo jurando ante Dios y sobre las leyes fundamentales entonces existentes; en esta ocasión, el futuro rey jurará sobre y por la Constitución Española, norma suprema de nuestro ordenamiento jurídico.
Al ser el pueblo quien permite o no la abdicación del Rey, puesto que las Cortes son la representación de la voluntad de la soberanía nacional y son aquéllas las que aceptan o no la abdicación; también es ante los representantes del pueblo ante los que se proclama a un nuevo Rey.
La homóloga del Rey Juan Carlos I en Holanda, la Reina Beatriz, la cual abdicó hace un año a favor de su hijo, adoptó el tratamiento y los honores de Princesa; en cambio, el Rey Alberto de Bélgica, que también abdicó a favor de su hijo hace unos meses, sigue manteniendo el tratamiento de Rey emérito, juntamente con su esposa, la Reina Paola y con la Reina Fabiola, anterior reina a Paola. En el caso de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía seguirán siendo reyes, aunque su tratamiento sera de Su Alteza Real, puesto que Su Majestad está reservado para los Reyes reinantes. Aún así, el estatus de los futuros reyes eméritos de España quedará reflejado en un real decreto que deberá aprobar el Gobierno.
También decir, para seguir con las comparaciones, que en Holanda se coronó al nuevo Rey, con manto, corona y bastón; en cambio, en Bélgica, el nuevo Rey fue investido por las Cámaras del congreso y del Senado.
En todo caso, Juan Carlos I ha sido un gran Rey y una gran embajador de nuestro país y, sin duda alguna, lo seguirá siendo.