Las dificultades de la adolescencia

Por Karlos Karlos Betancurt @Ayuda_Psic

Por Psic. Verónica Seoane * Ayuda Psicológica en Línea - Psicólogos por Internet

La adolescencia, esa época caracterizada por tantos cambios. Los hijos pasan de ser niños, a querer ser adultos, pero sin conseguirlo. Sin duda, es una de las etapas más difíciles como padres. Así que exploremos algunos conocimientos y ayudas, que hagan de este tránsito más llevadero.

La primera regla de oro para “sobrevivir” a la adolescencia es fomentar la comunicación. Los padres tenemos que hablar con los hijos. Si es una costumbre que desarrollamos desde que son pequeños, cuando llega la pubertad ya tendremos parte de la tarea hecha. La finalidad no es “ser sus amigos o colegas”, sino darles la seguridad de que tienen un espacio en el que expresar sus emociones y preocupaciones. Algunas frases que ayudan a que se comuniquen con nosotros tratan de resaltar las emociones: Por ejemplo, “cuando (llegas a casa sin saludar) yo me siento (preocupado/a; inquieto/a) porque (creo que te sucede algún problema); quiero que sepas que puedes contarme todo aquello que te haga sentir mal”. 

Hay que mantener normas y reglas firmes, adaptándose a la edad del adolescente: hora de acostarse y dormirse, hora de llegada, ocio con amigos, etc. Desde la óptica de reforzar aquello que hagan bien, dando más libertad, pero siendo firmes a la vez. No es positivo que desarrollen la vida de un adulto (porque no lo son), ya que aun necesitan tener límites, lo que les servirá para madurar.

En este camino de madurez comienzan a desarrollar sus propias opiniones, a manifestar sus ideas sobre lo que sucede en distintos ámbitos. Si buscamos que nuestros hijos sean capaces de generar argumentos, no debemos amonestarles ni molestarnos si sus ideas no coinciden con las nuestras. Saber que se respeta su visión de la vida y de distintos hechos, siempre que esté argumentada y justificada, es muy reconfortante para ellos.

Desde un clima positivo, hay algunas temáticas que como padres es muy recomendable conocer y abordar:

  • Alteraciones físicas. Es conveniente hablar de las transformaciones que el cuerpo sufre: aumenta el vello en distintas partes (axilas, piernas, pubis,…); crecimiento de los senos y curvatura de la silueta en chicas, y aparición de barba y bigote y ensanchamiento de la espalda en chicos. También es favorable normalizar temas como la menstruación y las primeras eyaculaciones nocturnas involuntarias (y voluntarias posteriormente). Es parte de nuestro organismo y debemos conocerlo en profundidad.

  • Alteraciones psicológicas. Los adolescentes se centran en su círculo de amigos, con quienes mostrarán una lealtad extrema (asumiendo los problemas de los otros como suyos); se muestran más inestables emocionalmente (pasan de la alegría a la tristeza sin motivo alguno). También creen que todo su alrededor está pendiente de ellos, observándoles (audiencia imaginaria) y valoran sus experiencias como únicas, por ejemplo, estar enamorado, tener una discusión,… (fábula personal).

  • Alteraciones de la imagen corporal. Estos cambios físicos, especialmente en las chicas, a veces van ligados a problemas alimentarios. Esa vulnerabilidad hace precisamente que aumente el riesgo de: bulimia (atracones y posterior vómito) y anorexia (disminución extrema de la ingesta, haciendo ejercicio físico de forma exagerada y/o vómitos y uso de laxantes). Para combatirlo, es importante generar un clima de aceptación de la propia imagen corporal, recalcando que es una época de cambios y no ejerciendo una presión hacia la silueta.

  • Consumo de sustancias. La adolescencia también implica una etapa de riesgo para el inicio del consumo de drogas. Lo habitual es encontrar que prueban por primera vez el alcohol, tabaco y cannabis (14 años), y poco después existe un peligro de tomar contacto con otras sustancias (alucinógenos, cocaína, éxtasis, etc.). ¿Qué podemos hacer ante esto? Aunque desde la escuela es habitual la educación en prevención de drogodependencias, desde el hogar podemos informarnos de los riesgos del consumo, los efectos, la adicción que conllevan,… Así generamos un clima en el que consulten sus dudas y hagan preguntas. En este punto también es importante considerar que estamos dando ejemplo si fumamos o bebemos en exceso, así que tendremos que insistir en los riesgos y en lo difícil que es abandonarlo una vez que uno tiene una dependencia.

  • Relaciones sexuales. Durante estas edades también se dan los primeros contactos sexuales: besos, parejas, relaciones, etc. Es conveniente prevenir del riesgo de no utilizar protección: embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual,… Todo ello va unido a las creencias religiosas de la persona, si bien, siempre es conveniente que conozcan todo el proceso, para que, llegado el caso, sean capaces de tomar las medidas adecuadas.

REFERENCIAS:

Guías para padres:

Puedes consultar la publicación original en Las dificultades de la adolescencia de Ayuda Psicológica en Línea.