LAS DINÁMICAS MÁS COMUNES PARA DESTRUIR UNA RELACIÓN DE PAREJA (1a. parte)

Por Virginia Picó

Una relación de pareja no es inmutable. La sensación de sentir al otro/a cómo el hombre o mujer de tu vida es una jugarreta mental diabólica que tu cerebro elabora para producir más apego. Hay otras trampas mentales que nos ayudan a embobarnos, anularnos, mentirnos, justificar, soportar ciertas actitudes de la pareja con tal de no perderla y de ratificar que, por fin, encontraste lo que más deseabas. No voy a hablar de estas estrategias mentales, pero sí de ciertas creencias y pensamientos que aparecen cuando la relación está afianzada.

Podríamos definirlos cómo dinámicas de incomunicación y auto-engaño que abocan, cómo único fin, a la destrucción de la pareja. La mayoría de efectos que producen estas dinámicas son la sensación de fracaso, destrucción de la pareja, desvalorización de ambos miembros, depresión, angustia, celos, ira, rabia, frustración…. En fin, todo aquello a lo que tememos, pero que con nuestra forma de pensar y actuar predisponemos a que la profecía auto cumplida se acabe realizando.

1a. dinámica : YO LOGRARÉ QUE CAMBIE

No deja de ser un mito, bastante conocido, pero que pocas personas logran superarlo o no ponerlo en práctica. Guste más o menos al colectivo femenino, esta dinámica es más proclive en el femenino que en el masculino. Podemos discutir sobre los motivos que pueden ser muy variados, desde cómo somos las mujeres antropológicamente hablando, hasta cuál es el hemisferio que nos predomina, pero sin entrar en justificaciones,  nos guste o no son más el número de mujeres que creen enamorarse y amar a su pareja con todas sus virtudes y defectos, cuando la realidad es que no lo aman en su totalidad, sino que aman ciertos valores y creencias que se asemejan más a los propios.

Una relación de pareja madura implica aceptar al otro en todas sus facetas, las que gustan mucho y las que gustan menos, y, aquellas que gustan menos argumentarlas, hacer sabedor a la pareja cuáles son los motivos, intentar llegar a un acuerdo o negociación. Si todo aquello que rechazas o no te gusta del otro es algo que no puedes tolerarlo porque choca con tus valores o principios, lo más sensato es abandonar la relación, márchate y olvídate que podrás cambiarlo. Nadie cambia si no quiere, y recuerda que por amor no todo vale.

2a. dinámica : IDEALIZAR A LA PAREJA

Es bastante común mostrar tu cara más idílica en los inicios de una relación. En el  arte del cortejo y seducción no cabe la antipatía, el enfado, las opiniones contrarias, la diferencia….sólo existe aquella máscara que el otro quiere ver. No digo que ese momento inicial sea como el anuncio de “signal”, según decía la canción, pero inevitablemente no podemos escondernos por mucho tiempo bajo un manto de divinidad que no es real.

Si te encuentras en el período de conquista no caigas en la trampa de mostrar lo que crees que el otro quiere ver, porque no eres tú, y esa esencia, la verdadera, tarde o temprano se mostrará y es muy posible que no guste a la otra persona porque se enamoró de la máscara de perfección que le enseñaste. Muéstrate cómo eres, manifiesta lo que te gusta y disgusta, sé fiel a tus opiniones, decide sin coacciones, porque todo esto es tu realidad, con tus virtudes y defectos.

Si la desilusión llega a la pareja es porque, de alguna forma, se construyó una ilusión en el otro. La desilusión tiene sus variantes : quisiste mostrar lo que en realidad no eras y cuando salió tu personalidad real la otra persona marchó porque se enamoró de una mentira que tu le mostraste, y la realidad no le gusta demasiado. Tu le muestras tu verdadero yo y el otro/a cae rendido ante esas virtudes tuyas que para él/ella son carencias y creyó que tú podrías suplirlas. Cuando descubre que tú no puedes suplir nada, se desilusiona y termina la relación. Ambos habéis mostrado la máscara falsa ……..

Cuando una pareja , se queda entrampada en el período en que ambos se sedujeron para estar juntos y donde sólo mostraron lo que el otro quería ver, la relación está condenada. Tras el período de conquista,  se cae a un mundo mucho más real, donde se ven todos los defectos del otro. Si llega la desilusión es porque de alguna forma se construyó una ilusión del otro.