LAS DINÁMICAS MÁS COMUNES PARA DESTRUIR UNA RELACIÓN DE PAREJA (II parte)

Por Virginia Picó

Al igual que la profecía auto-cumplida es una expectativa sobre algo o alguien que incita a la persona a actuar de ciertas formas destinadas a que esta profecía se cumpla, las relaciones personales cambian a lo largo de la relación, surgiendo las carencias, conflictos internos y patrones de conducta que nos abocan, de forma inconsciente, a actuar de forma concreta obteniendo lo que más acabamos temiendo.

3a. dinámica :  “TU Y YO SOMOS SEIS”

Cada miembro de la pareja lleva a sus espaldas la familia de origen. No siempre sabemos situarlos en el lugar que les toca, y movidos por creencias y principios, les otorgamos un lugar destacado dentro de la relación de pareja. Cuando esto sucede, tu y yo no somos 2 sino seis, tu familia ascendente y mi familia ascendente.

Dependiendo de la identificación que yo tenga con mi familia, estas figuras marcarán profundamente mi vínculo actual con mi pareja. Si yo dependo de ellos, tengo un apego demasiado profundo, aunque sea un adulto, no consigo crecer como adulto puesto que la necesidad de aprobación, de ayuda, de protección siguen estando en ellos (en mi pasado) y no en mi pareja (mi presente).

Cuando uno de los miembros de la pareja sigue aferrado a su familia como para permitir que los padres influyan sobremanera y que permitan que intervengan en la relación de pareja, la relación está condenada a medio plazo.

4a. dinámica :  “NI CONTIGO NI SIN TI”.

Una relación “chicle” se da en aquellas parejas que tienen una excesiva dependencia. Cuando uno se convierte en la muleta del otro, éste otro depende por completo de él o ella. El que ofrece apoyo y protección comienza a asfixiarse y comienza a alejarse, cuando lo hace, la otra persona se siente rechazada, desvalida, insegura y comienza a atosigarlo más para evitar perderlo, lo que genera que se distancien más.

La dependencia es una dinámica que muchas parejas no reconocen, ambos se creen suficientemente seguros y autónomos, pero la procesión va por dentro. La necesidad del otro supone una revisión de tus carencias y no todo persona está dispuesta a bucear en su interior. Depender de otra persona no significa que se ame más sino que necesitas al otro/a para valorarte.

5a. dinámica :  SU SUPERIORIDAD ALIMENTA MI INFERIORIDAD

En muchas parejas aparece un juego sutil pero profundamente dañino que es el poder. Ya no compartimos sino que competimos y en cualquier competición hay un vencedor y un vencido.

Cuando este tipo de lucha de poder se afianza en la pareja, la superioridad de uno (a nivel dialéctico, intelectual, psicológico, práctico…) puede generar un estado de inferioridad en el otro, que puede repercutir en otros aspectos personales y emocionales de la relación.