Las enfermas de Sensibilidad Química Múltiple “estigmatizadas” por un artículo de El Correo

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Tras leer el artículo Reiki contra la sensibilidad química múltiple, un remedio mágico contra un mal imaginario, en La 2, publicado en un blog del diario vasco El Correo, las asociaciones y el colectivo de afectados quieren hacerle llegar al responsable del medio su rechazo. En foros en internet puede leerse un texto que explica bien el sentir de un colectivo mermado por una enfermedad desgraciadamente devastadora que se siente vejado por los comentarios vertidos en esa publicación:

Los enfermos de Sensibilidad Química Múltiple (SQM) padecemos una enfermedad real, orgánica, multisistémica, emergente y de alta prevalencia que contraemos por dos vías:

1) Por exposiciones inadvertidas a muy bajas dosis de diversos químicos tóxicos interactuando entre ellos a lo largo de la vida.

2) Por una exposición aguda puntual a un químico tóxico determinado.

Tras la publicación del Documento de consenso. Sensibilidad Química Múltiple 2011 por parte del Ministerio de Sanidad el pasado 30 de noviembre y las conclusiones y recomendaciones del grupo redactor del mismo (pp. 57-66), ha quedado claro en la definición de caso que se trata de una enfermedad ambiental. En dicho documento, se han tenido en cuenta todas las hipótesis, incluso las psicológicas, sin embargo, las conclusiones y recomendaciones son contundentes y se centran en el aspecto tóxico-medioambiental, al igual que en otros países.

Las declaraciones de Dña. Carmen Moya, Directora General de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud del citado Ministerio en aquel momento en el programa Carne Cruda del 20 de diciembre de 2011, vienen a ratificar verbalmente la información que suministramos.

Como dice la Dra. Carme Valls, “los químicos penalizan a las mujeres”, motivo por el cual además nos encontramos ante una enfermedad de género. El uso o no uso de terapias alternativas no debe restar ni un ápice de evidencia científica respecto a la existencia de una enfermedad real, que no tiene nada de imaginaria. En el reportaje no se aportan como solución sino como ayuda.

Situarnos en el límite de lo imaginario es crear una imagen negativa de un amplio colectivo de enfermos que viven una enfermedad que conlleva una muy mala calidad de vida, para la cual aún no existe la suficiente sensibilidad social y que necesita más que nunca del respaldo socio-político-sanitario. Este concepto de imaginario nos hace caer en el pozo de la marginación y el estigma en el que no cabe NINGUNA ENFERMEDAD.

Acabamos de recibir el informe del Ararteko [el Defensor del Pueblo] del País Vasco, donde dedica un epígrafe del capítulo III a los enfermos ambientales a partir de la p. 357. Si el autor del artículo considera que está más preparado para calificar y definir esta enfermedad que el propio Ministerio de Sanidad, entonces tendrá que demostrarlo. Nosotros ya hemos aportado las evidencias. Nos sentimos gravemente damnificados por estas declaraciones y solicitamos una URGENTE rectificación en los plazos que estipula la ley.