Las ensaladas de verano pueden combinar un sinfín de ingredientes según las preferencias, necesidades o posibilidades del momento. (Una gran ensalada puede ser un recurso rápido para una cena “Express”).
Uno de los ingredientes estrella en mis ensaladas de verano es el tomate. Queda bien con todo: lechuga, queso, atún, pepino, anchoas, legumbres, arroz, pasta, étcetera, etcétera, etcétera..
Otro de los componentes estrella del tomate es el licopeno, un pigmento vegetal (flavonoide), que le aporta su característico color rojo. Una de sus funciones es y mantener la integridad de la pared celular, haciéndola menos frágil y más permeable y retrasar la oxidación de las células, asociando estas propiedades con la protección frente algunos cánceres como el de pulmón, próstata y tubo digestivo, así como frente a la degeneración macular, principal causa de ceguera en la gente mayor.
El tomate también es una fuente de belleza ya que ayuda a estimular la producción de colágeno, proteína que mantiene la piel tersa y sin arrugas, y su bajo contenido en calorías (20 calorías por 100 gramos) le convierte en un gran aliado de dietas y regímenes.